Una soltera ve imposible darle calabazas a su cita en ‘First Dates’: “Así no se puede”

María no puede dejar de reírse con Lorenzo y quiere darle calabazas, pero él se resiste a recibirlas
Lorenzo, a María: “Estoy enamorado de ti hasta el último hueso”
Un soltero rompe a llorar desconsoladamente en mitad de su cita en ‘First Dates’
Lorenzo ha entrado en ‘First Dates’ con muchas ganas y asegurando que, a él, le gustaba mucho el cachondeo y las mujeres. Se quedó viudo hace 38 años y después ha tenido una pareja, pero ya lleva tres años solo “me gustaría encontrar a una hembrita que me acompañe y yo le acompañe a ella”. El soltero está deseando tener a alguien a quién decirle “chiquilla, qué guapa estás, si tuviera 20 años menos, no te escapabas”.
Le gustaría que a su cita le guste andar y que sea bonita, que tenga una buena pechera y un cuerpo bonito “dónde yo pueda agarrarme y darle buenos besos”. María, su cita, es una mujer clásica y muy educada “no me gustan los malos modales”. Perdió a su marido hace 15 años y después ha tenido una historia de amor con un hombre francés que lo dejó todo por ella.
Al verla, Lorenzo le ha pedido que le diera un beso y la ha saludado con mucho entusiasmo. Ha visto a una mujer “muy de mi talla, muy apañada”, dos adjetivos que a ella le han parecido muy de pueblo. A María no le ha gustado ni lo de “guapetona”. Matías le ha advertido de que le había tocado un hombre muy bueno y ella le ha respondido con un “tú no sabes quién soy yo”. Una mujer con carácter, igual que la soltera de la mesa de enfrente.
Lorenzo alucina con la mujer que le ha tocado: “Ya verás cuando la vean en el pueblo”
Los solteros han comenzado la cena hablando de sus lugares de orígenes. Lorenzo es de un pueblo muy pequeñito de Sevilla y María de Córdoba capital. El soltero estaba imaginándose cómo le iban a recibir en su pueblo cuando llegara con María “me gusta todo, de pies a cabeza”. Ella ha alucinado al saber que su cita tenía 82 años porque estaba estupendo “tiene menos arrugas que yo”.

Los dos son viudos y Lorenzo le ha contado que a su hija no le hacía gracia que viniera a ‘First Dates’, pero que él le había explicado que ya llevaba muchas noches solo “tengo que tener a alguien por si me da un dolor”. Un comentario que a María no le ha gustado nada porque “tienes que buscar el amor, no a alguien por no estar solo”. De hecho, se lo ha comentado a la camarera y Lorenzo le ha aclarado que con ella no era así “De ti me he enamorado cuando has entrado”.
Lorenzo ha presumido de tener muchas pretendientas, pero que a él no le terminan de convencer “casadas y todo”. A María no le ha extrañado porque era un tipo muy gracioso “eres un don Juan”. María no se ve viviendo en un pueblo ni viviendo con Lorenzo, pero le estaba pareciendo un tipo estupendo para pasar un buen rato.
La soltera ha tenido la sensación de que Lorenzo ya estaba fuera de juego en el terreno sexual, pero él, le ha dicho que era ver unos pechos y que se volvía loco. De hecho, se ha fijado en los de María y eso a ella no le ha gustado nada. Lorenzo estaba convencido de que María se iba a ir con él a su pueblo y ella le ha seguido el rollo, pero no tenía ninguna intención de ir con él a ningún sitio “a mí no me ven en su pueblo”.

María frena en seco la efusividad de Lorenzo en el reservado: “En la primera cita no me gusta”
En el fotomatón, los solteros han jugado a explotar globos, se han reído y Lorenzo se ha lanzado a intentar besarla, pero María ha pisado el freno “es que no me gusta el primer día”. En el momento de la decisión final, Lorenzo le ha soltado un “estoy enamorado hasta el último hueso de ti”, algo que María no se ha creído “no me lo creo, tú no sabes lo que es el amor”.
María le ha dicho que su nombre decía que hablaba por él “es un sol”, pero que había cosas que hacían que su amor fuera imposible. Le ha explicado que ella no se iba a ir a su pueblo y que él, no lo iba a dejar todo para irse con ella. Sin embargo, Lorenzo le ha dicho que si él tenia que dejar el huerto y marchar, él marchaba. A María le ha entrado la risa y ha sentido que iba a ser imposible darle calabazas. De hecho, él se ha marchado con la idea de que, aunque en ese momento no fuera, en breve iba a pasar algo entre los dos. “Así no se puede”, ha dicho ella muerta de la risa.