Sergio Toribio, activista, relata su experiencia en la detención de La Flotilla de la Libertad: "Iban armados hasta los dientes"

Desde el asalto de la embarcación hasta su entrega en Tel Aviv: Sergio Toribio narra todos los detalles de la detención
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La Flotilla de la Libertad es una campaña internacional que lleva operando desde hace 15 años y, en la mayoría de las ocasiones, han sido interceptados, a veces de manera muy violentas. La última vez ocurrió el pasado 9 de junio, cuando Israel detiene a este barco con ayuda humanitaria que se dirigía hacia Gaza en el que se encontraban a bordo Greta Thunberg y el español Sergio Toribio. En 'Todo es mentira', reciben al activista para conocer cómo vivió esta tensa experiencia.
"Llegaron armados hasta los dientes"
En el momento de la detención, el activista llegó a contar hasta doce personas armadas "hasta los dientes" con ametralladoras, escopetas... "Solo se les veía los ojos", asegura. Sin embargo, "no fueron violentos y eso es de agradecer", señala. Cuando se acercaron a la embarcación, pusieron una grabación que tenían en inglés donde pedían que mantuvieran la calma, levantaran los brazos y les advertía de que iban a ser abordados sin hacerles daño.
Una vez entraron, los fueron llevando uno a uno a la proa del barco pues "era un sitio bastante descubierto" en el que les pusieron a los doce. Allí les pidieron que se identificaran y fueron registrados para requisarles cámaras y móviles. También se les acercó un médico para ofrecerles agua y comida, una ofrenda que los activistas no aceptaron. "Greta Thunberg se estaba rienda porque nos estaban dando de comer unos bollos", cuenta entre risas. Al no aceptarla, les permitieron acceder a su agua y su comida "sin ninguna complicación".
Después del asalto los mantuvieron en cubierta sin información "entre 10 y 12 horas", aunque cuando empezó a "apretar el sol" los metieron dentro de la acomodación del barco. "Era peor para nosotros porque hacía mucho calor y mejor para ellos porque nos podían vigilar mejor porque solo había una salida, a parte de las dos de emergencia. Pero solo se podía salir fácilmente por la escalera donde nos tenían bloqueado el acceso", apunta.
Eso sí, Sergio Toribio confiesa que dejaban salir de vez en cuando a los fumadores, pero si era para estirar las piernas "normalmente no te dejaban, depende el guardia que estuviera". Y es que se iban rotando porque hubo "al menos dos cuadrillas de 12 mínimo". Tras ser encerrados de nuevo dentro del barco, tuvieron que esperar otras doce horas hasta ser entregados "a la fuerza" en el puerto de Tel Aviv.
¿Qué pasó cuando llegaron a la capital de Israel?
Una vez atracaron en el puerto, fueron transferidos a la policía donde tenían "preparado un dispositivo enorme". "Nos han pasado de uno en uno, nos han pasado perros, nos han registrado corporalmente y el equipaje que nos han permitido llevar", afirma. En ese registro les han quitado diversos objetos personales tales como pendientes, cinturones y les entregaron un documento para firmar su deportación: "Que si queríamos irnos antes de 72 horas podíamos aceptar que habíamos entrado ilegalmente en el país".
En ese momento, todos los activistas se negaron a firmarlo pues querían que estuviesen presentes sus abogados o sus cónsules. Al negarse, les metieron en unas furgonetas para dirigirles a la comisaría de inmigración del aeropuerto. "Allí ya estaban los cónsules: el francés, los nuestros, el de Brasil y nuestras abogadas", asegura.