Phantom Abyss: el roguelike con el espíritu de Indiana Jones de Devolver Digital

  • Un original roguelike que nos convierte en exploradores de peligrosos templos repletos de trampas

  • Con nuestro látigo a lo Indiana Jones, tendremos que intentar completar cada templo y no dejar nuestro fantasma atrapado entre sus ruinas

Devolver Digital y el estudio de desarrollo Team WIBY han lanzado, en acceso anticipado de Steam, una nueva y original propuesta. Phantom Abyss es un roguelike, un juego multijugador masivo, que nos mete en la piel de un explorador que debe escapar de un antiguo templo plagado de trampas. Pero se trata de un multijugador asíncrono, ya que no interactuamos con el resto de jugadores, sino que solo observamos el resultado de sus partidas pasadas.

La mecánica de Phantom Abyss es aparentemente sencilla. Nos pone en la piel de un explorador que, látigo en ristre y emulando al mismísimo Indiana Jones, tiene que intentar atravesar peligrosos templos plagados de trampas, intentando recuperar una serie de reliquias ocultas en lo más profundo de estas antiguas construcciones. Todo desde una perspectiva en primera persona y con las limitadas habilidades de correr, saltar, agacharse, deslizar. Por el suelo o rodar para evitar daños desde una caída demasiado grande. Eso, y poder superar algunas grandes distancias gracias a un polivalente látigo.

No hay enemigos en los templos, ni falta que hacen, porque la sucesión de trampas y plataformas que superar en cada uno de ellos consiguen que la tarea sea harto complicada, sobre todo porque sólo disponemos de tres vidas para superar cada templo. Tres errores, tres distracciones, y hemos muerto. Y ya no podremos volver a intentar superarlo. Y es que los templos se generan de manera procedural, sólo se nos da la oportunidad de recorrerlos una vez y sólo un jugador estará destinado a superarlo y conseguir su recompensa. Un roguelike en toda regla.

Y lo mejor de todo es que, antes de comenzar la aventura en cada templo, el juego nos avisa del número de exploradores que han muerto intentando superarlo antes que nosotros. Y no sólo eso, sino que podemos ver los fantasmas de sus partidas pasadas, todo lo que hicieron hasta que encontraron su final. Estos fantasmas nos pueden dar algunas pistas sobre cómo superar algunas trampas, o sobre el paradero de algún tesoro escondido.

Estamos atrapados en el interior de un gran templo y una antigua deidad nos pide que recuperemos un buen número de reliquias para sacarnos de él. Este es nuestro objetivo final, pero no va a ser fácil. Superar cada templo y alcanzar la preciada reliquia que guarda en su interior es un reto mayúsculo. Las plataformas y las trampas parecen fáciles y además bien conocidas por todo jugador de videojuegos: cuchillas giratorias, pinchos afilados que surgen del suelo, baldosas que desaparecen bajo nuestros pies, rocas que caen del techo, plataformas móviles a las que hay que saltar en el momento preciso para no caer al vacío…

Es fácil confiarse y correr por los pasillos del templo para saltar de trampa en trampa y alcanzar nuevas salas y niveles, pero precisamente la confianza es el peor enemigo del juego. Confiarnos nos hace cometer errores, no alcanzar esa plataforma tan sencilla, no calcular un salto, no ver una trampa que surge en el suelo en el momento adecuado… Así, vamos perdiendo vidas y no hay manera de recuperarlas. Y tras 3 fallos, estamos muertos.

Entonces surge la tentación de tomarnos las cosas con calma, ir despacio y asegurar cada paso para no perder vidas. Pero el juego no nos lo pondrá tan fácil. A medida que avancemos los templos lanzan trampas para los aventureros lentos o rezagados, en forma de terribles guardianes que nos lanzan rayos de fuego o nos persiguen para que no nos pensemos demasiado cada movimiento.

Podemos aseguraros que maldeciréis constantemente en vuestras primeras partidas e incluso que os preguntaréis por la intención de unos diseñadores de niveles tan despiadados. Pero, con el tiempo, tras varias muertes y reinicios, vas cogiendo el punto a las plataformas, a las trampas y al versátil látigo que te sacará de muchos apuros y te salvará la vida en el último momento en multitud de ocasiones. Y también irás descubriendo que el juego tiene más profundidad y secretos de los que aparenta en un principio.

A pesar de morir y quedarnos sin la preciada reliquia, tras dejar nuestro fantasma en un templo y volver al Abismo, conservaremos diferentes recompensas y los tesoros que vamos recopilando en los templos nos permiten comprar mejoras en los Santuarios que encontraremos en los diferentes mapas. Estas mejoras son permanentes y harán que nuestras nuevas incursiones sean más sencillas (pueden ser corazones extra, un doble salto, un salto más pausado o un látigo que alcanza más lejos).

El juego sólo está en su fase de acceso anticipado y recogiendo el feedback de sus jugadores para ir mejorando la experiencia. Pero tenemos que decir que ha llamado nuestra atención y mucho. Resulta fresco, divertido y, sobre todo, muy desafiante. Sus desarrolladores van añadiendo progresivamente más cámaras, más trampas, más látigos y características adicionales al gameplay. Seguiremos atentamente su desarrollo.