Análisis de EA Sports WRC: la licencia oficial y el desarrollador estrella de los rallys, por fin juntos

  • Llega la nueva entrega del simulador oficial de WRC, esta vez de la mano de los creadores de Colin McRae Rally o la saga Dirt

  • Una entrega que prima la física y la conducción pero que se deja por el camino el apartado gráfico

Resulta curioso que Codemasters, desarrolladores de Colin McRae Rally, el que seguramente haya sido el juego de este deporte más popular, hayan tenido que esperar tanto años, hasta que han formado parte de EA, para obtener una licencia tan jugosa como la del WRC. Después de unos años con Kylotonn, con un resultado algo irregular, pero mejorando en cada entrega, la licencia pasa al estudio británico, y lo hace con unas expectativas muy altas.

Cada entrega de la licencia de WRC tuvo una sombra alargada en DiRT Rally 2.0, publicado en 2019, pero que a día de hoy sigue siendo todo un referente del género gracias al buen hacer de Codemasters, maestros en género. DiRT Rally 3.0 era uno de los títulos más esperados por los amantes de la conducción. El juego como tal llegó a existir, aunque los planes cambiaron debido a la obtención de la licencia del campeonato oficial. Por supuesto, todo ese trabajo no ha ido a la basura, sino que se ha reutilizado para este EA Sports WRC.

Como juego oficial, los números son importantes. El Campeonato Mundial de Rally no pasa por su mejor momento, y actualmente solo 3 marcas compiten en la categoría reina: Toyota, Hyundai y Ford. Los 3 vehículos están representados en el juego, pero, además, contamos con los equipos oficiales del WRC2 y Junior Rally. Todos estos vehículos apenas suman 10 en total, una cifra bastante pobre, así que Codemasters no se ha conformado con eso y ha añadido hasta 68 coches históricos, que incluyen clásicos como el Citroën Xsara WRC, el SUBARU Impreza de 1998, Audi Sport quattro S1 (E2) o “nuestro” Seat Córdoba WRC, entre otros muchos. La lista es bastante completa y, por si fuera poco, podemos construir nuestro propio vehículo pieza a pieza. La lista de etapas no se queda atrás, con 17 localizaciones iniciales que albergan más de 200 etapas. Las 13 pruebas del campeonato oficial, más algunos rallys que ya estaban en desarrollo para lo que hubiera sido DiRT Rally 3.0. Recordemos que DiRT Rally 2.0 llegó con solo 6 localizaciones. No se quedará aquí, ya que Codemasters va a seguir actualizando el juego y a finales de octubre se añadirá una nueva localización, el Rally de Europa.

La espectacularidad de los tramos siempre ha sido un punto fuerte de Codemasters, aunque también se echaba en falta un mayor realismo en ocasiones. Gracias a la licencia oficial, esto último está solucionado, ya que ahora el estudio ha podido recrear a escala 1:1 algunos tramos reales del campeonato, y se nota un mayor salto de calidad en este aspecto. Además, la ambientación y el entorno de cada una de las 17 localizaciones están perfectamente recreadas y son totalmente reconocibles.

 

Para sortear estos tramos, por supuesto, necesitamos un buen manejo que nos permita dominar el coche en la pista. Codemasters siempre se ha caracterizado por ser unos maestros de la conducción, y, por supuesto, este EA Sports WRC no iba a ser la excepción. Seguramente aquí sea donde más notemos que estamos ante una especie de DiRT Rally 3.0, ya que el manejo es una evolución de lo visto en el anterior título de rally de Codemasters, pero mejorado. Se ha dejado de lado el motor EGO para apostar por Unreal Engine 4, debido a las limitaciones en cuanto a distancia de etapas del primero, así que uno de los principales escollos a la hora de desarrollar el juego fue trasladar el motor físico de DiRT Rally 2.0 a Unreal Engine. Una vez con el volante en la mano, se puede asegurar que el resultado ha sido más que satisfactorio. El movimiento de los vehículos se nota más real que nunca, principalmente debido a un mayor peso de los mismos, que se sienten más asentados en la pista y no tenemos la sensación de que los coches flotan sobre la pista, algo habitual en las últimas entregas de Kylotonn. Además, este mayor peso corrige uno de los (pocos) problemas de DiRT Rally 2.0, y es que los coches se deslizaban demasiado. En EA Sports WRC notamos un mayor agarre sobre la pista en cualquier condición, especialmente en asfalto. Esto es algo que puede chocar al principio, acostumbrados a menos tracción en este tipo de juego, pero con el paso de las horas notamos un comportamiento más natural y preciso. Se puede (y se debe, de hecho), jugar mucho con la inercia del peso del coche. Tan importante que está incluído dentro de la escuela de conducción del juego, que sirve de tutorial para los más novatos o para aprender nuevas técnicas. Por supuesto, contamos con todo tipo de ayudas para ajustar la conducción a cada estilo, como ABS o control de tracción (ambos prohibidos en los vehículos reales). Estas ayudas pueden ser especialmente útiles para jugadores más novatos, ya que los coches son auténticas bestias de 380 CV a los que hay que sumar otros 140 CV del motor híbrido, hasta un total de unos 520 CV. Nada mal para pistas en las que apenas cabe un coche.

Por supuesto, hay que ser bastante preciso en la conducción y aquí, como siempre, podemos optar por el control por mando o el uso de un volante. Seguramente la mayoría de jugadores, por comodidad (o quizá por espacio) jugarán con mando, a sabiendas de que no es la opción más recomendable. Codemasters siempre ha tenido en cuenta a este público y ofrece un manejo ajustado al mando. El coche reacciona bien al movimiento de los sticks, si bien su corto recorrido nos puede complicar las cosas en exceso en curvas rápidas, donde un pequeño golpe de stick puede hacer que las ruedas giren en exceso y acabar con un trompo o, en el peor de los casos, en la cuneta. Es recomendable, además, ajustar algunos parámetros del control para ajustarlo al estilo de cada. En mi caso, por ejemplo, he tenido que ajustar la sensibilidad y linealidad para sentirme cómodo, pero depende de cada jugador. Lógicamente la mejor opción y donde el juego muestra lo mejor de sí es en la conducción del volante. Codemasters ha hecho un trabajo excelente en este aspecto, con un Force Feedback potente, que deja sentir la pista y los movimientos del coche, permitiendo ser mucho más preciso y, en consecuencia, marcar mejores tiempos. La sensación de satisfacción después de “sobrevivir” una etapa con volante es única, aunque también puede ser agotador, ya que los tramos no dan un respiro y el juego no perdona el más mínimo error. Además, no hay posibilidad de rebobinar y tan solo podemos reiniciar un número limitado de veces (en función de la dificultad).

El cambio de motor gráfico también sirve lógicamente para ajustar el apartado gráfico del juego. Además, Codemasters dejó atrás las consolas de pasada generación para centrarse únicamente en PC, Xbox Series y PlayStation 5, por lo que la calidad gráfica debería estar asegurada… aunque no es el caso. Sin duda, el apartado gráfico es el más flojo de EA Sports WRC. Para empezar, el tearing (desincronización en los FPS en la pantalla, mostrando algunas imágenes divididas) suele ser bastante habitual e incluso molesto en ocasiones, además, hemos sufrido bastante popping (aparición súbita de elementos). Más allá de errores gráficos, encontramos un apartado técnico bastante desfasado, con modelados notables, pero que no llegan a sobresalientes y unos escenarios bastante pobres. Ni siquiera las texturas, iluminación o efectos parecen de nueva generación. Realmente no dista mucho de lo visto en las últimas entregas de la licencia. Incluso el rendimiento es mejorable, ya que no siempre se alcanzan los 60fps y hemos notado alguna que otra rascada, especialmente al final de etapas largas. Siendo un juego “solo next gen” cuesta entender por qué un apartado gráfico tan pobre. Da la sensación de que Codemasters ha priorizado la adaptación del motor físico a Unreal Engine por encima de los gráficos. Decisión, todo sea dicho, bastante acertada, pero que no oculta el “borrón” que es el apartado técnico. Al menos el sonido si que raya a buen nivel, con un sonido de lo más contundente para los motores y unos efectos a la altura. Por supuesto, el copiloto viene completamente doblado al castellano.

En cuanto a modos de juego encontramos pocas sorpresas. El modo principal es el modo Carrera, que difiere de lo visto en Kylotonn, aunque tampoco va mucho más allá. De hecho, hay elementos que se han simplificado, como la evolución del coche, y otros que se han mantenido, aunque modificados, como la gestión del calendario. Ahora, tenemos un presupuesto fijado para los distintos elementos, incluyendo vehículos, y en base a eso tenemos que competir. Podemos hacerlo con un vehículo creado por nosotros o comprar un vehículo oficial. Durante el calendario tendremos distintas pruebas que, en ocasiones, requerirán la compra de un vehículo para la ocasión (o dos, si queremos que nuestro compañero de equipo se inscriba también), siempre que nos ajustemos al tamaño del garaje y, por supuesto, al presupuesto. Algunas semanas, además, contaremos con eventos especiales para mejorar al personal del equipo, comprar vehículos a precio reducido o ampliar el garaje, así que habrá que elegir con cuidado. Es un modo que funciona bien al principio, pero que peca de poco ambicioso con el paso de las horas. Podemos elegir la categoría inicial, así que hay posibilidad de empezar directamente en WRC, pero si realmente queremos exprimir el juego, es recomendable empezar en una categoría menor (Junior WRC o WRC2) para así ir evolucionando.

Más allá del modo carrera contamos con los modos típicos para crear un campeonato personalizado o correr pruebas simples. Sin duda, el más destacado es el modo Momentos, donde podemos recrear algunos de los momentos más icónicos del campeonato en eventos especiales, que pueden estar basados o no en situaciones reales. Por ejemplo, el primero de ellos está inspirado en el Rally de Finlandia de 1992, donde manejamos el Subaru Legacy RS de Colin McRae digamos… “tocado” después de una serie de accidentes. Estos momentos se irán actualizando regularmente. Eso sí, no nos ha gustado que algunos eventos sean exclusivos de suscriptores de EA Play. Más allá de esto contamos con un multijugador algo simple, donde correr campeonatos o carreras rápidas con otros jugadores. Quizá lo más recomendable es el modo Clubs, para jugar de forma “privada” con otros jugadores.

En definitiva...

Reconozco que EA Sports WRC ha tardado en conquistarme. Esperaba un DiRT Rally 3.0 con licencia oficial y gráficos de nueva generación, pero la sensación inicial fue algo fría. Con el paso de los kilómetros, uno va dándose cuenta de que, con el volante en las manos, estamos con toda una joya que hará las delicias de los fans del género (y además sale a precio reducido), si bien puede ser algo duro para jugadores novatos. Codemasters se ha hecho, por fin, con una licencia que le viene como anillo al dedo y ofrece un título que, si bien no es redondo, si que es la mejor entrega de un juego de rally en muchos años, y una buena toma de contacto tanto con la licencia como con un nuevo motor gráfico. Ahora queda esperar a conocer el futuro de la franquicia, el no tener año en el título da lugar a dudas. Tampoco hay prisa, ya que hay contenido para mucho tiempo en EA Sports WRC.