Análisis de Figment 2: Creed Valley, una apasionante aventura por la mente humana

  • Una aventura gráfica musical que nos lleva de viaje a través de la mente humana para combatir sus miedos y dudas morales

  • Figment 2: Creed Valley es una emotiva aventura cargada de puzles, combates y una narrativa genial

Siempre hay pequeños videojuegos independientes que son capaces de despertarnos sentimientos y emociones realmente intensos, mezclando mecánicas ingeniosas y apartados artísticos cuidados y sorprendentes. Y ese fue el caso de Figment, el título que mezclaba aventura gráfica, acción y puzles y que Bedtime Digital Games lanzó en 2019 (título que ahora puedes descargar prácticamente gratis). Aquel fue un precioso viaje al interior de la mente humana con un toque surrealista y donde la música lo inundaba todo. Ahora llega su secuela, Figment 2: Creed Valley, que profundiza en la receta del título original y lo lleva un poco más allá, con versiones en PC, Nintendo Switch, PlayStation 5 y Xbox.

Figment 2 es muy continuista, pero sigue siendo profundo, intenso y muy entretenido. Nos vuelve a proponer entrar en la mente de un humano y tomar el papel de Dusty, el personaje que representa el valor, acompañado siempre por el divertido, pero también mordaz Piper. Si Dusty tuvo que enfrentarse a un montón de miedos y traumas en la primera entrega, luchando literalmente contra todo tipo de pesadillas e inseguridades armado con su espada, sus reflejos y su ingenio, ahora se enfrenta a un reto mucho más peligroso y devastador. Una pesadilla conocida como el Bufón ha llevado el caos total a la mente, destrozando la brújula de la moral, lo que provoca que el sujeto en cuestión descuide completamente la relación con su familia, poniendo patas arriba su orden de prioridades.

Así Dusty tiene que volver a remangarse, blandir su espada e intentar recomponer todo lo que el Bufón ha destrozado, intentar darle caza y acabar con él. Pero para ello tendrá que visitar el Valle del Credo, un lugar donde pululan las opiniones, los valores y las creencias y donde parece que ya nada funciona correctamente. Un viaje musical que mezcla exploración, aventura gráfica, puzles y algo de acción y combate. Todo ello con una ambientación realmente original, con escenarios que parecen pintados a mano y una adorable interpretación surrealista del interior de la mente humana. Estamos ante una especie de ‘Del Revés’ que hubieran dibujado, mano a mano, entre Dalí y Tim Burton.   

Recomponiendo la Brújula de la Moral

La aventura nos va llevando por laberínticos niveles que se van complicando y complicando cada vez más y que nos va proponiendo nuevas mecánicas a cada rato para resolver sus puzles y fases de combate. Dusty tendrá que ir jugando con la luz y con las sombras para derrotar a algunos miedos, por ejemplo, pero también tendrá que dar buen uso de su espada y sus acrobáticas volteretas para derrotar a todo tipo de enemigos. Y los puzles para ir superando los niveles irán también complicándose, utilizando en muchos casos una dinámica que cambia entre la mente abierta y la mente cerrada. Hay unos tótems repartidos por los niveles que, tras golpearlos, permiten cambiar de mente a vierta a mente cerrada y que, literalmente, cambia casi por completo el escenario. Jugar con estos cambios pude daros ventaja y permite avanzar de muchas y muy variadas formas.   

Es realmente curioso cómo se ha trabajado todo para que los cambios estéticos y fiscos del juego se correspondan con cambios en el interior de la mente. Cuando hablemos con las ideas y pensamientos que pululan por los escenarios, escucharemos sus historias (la opinión del hombre sobre cualquier tema). Al cambiar de ‘mente cerrada’ a ‘mente abierta’ veremos cómo el discurso y la actitud de estos pensamientos cambia y esto es algo que podemos utilizar a nuestro favor.  

La aventura, que puede completarse en unas 5 o 6 horas, nos ha cautivado. Sobre todo, porque su impecable jugabilidad, sus originales mecánicas y su fabuloso apartado artístico, se mezclan con una narrativa muy fuera de lo común y que consigue remover algo dentro de nosotros. Los avances de Dusty se van observando en pequeñas secuencias que nos cuentan lo que está ocurriendo fuera, en la vida del hombre en cuya mente nos encontramos. Esos pequeños momentos, unidos a los recuerdos que iremos rescatando a través del juego, cuentan una historia cotidiana pero cargada de significado.

Unos momentos de exploración entretenidos y unos combates en general sencillos pero que dan un toque de acción justo a los demás elementos de aventura gráfica, consiguen una experiencia redonda, fabulosamente narrada y con momentos muy épicos, como algunos combates con jefes finales. En estos momentos la música, que es un elemento clave en el juego, llega a su momento álgido y es que el Bufón o algunos de los demás jefes finales, cantan unas maravillosas canciones mientras intentan aplastarnos, dando lugar a combates increíblemente interpretados y coreografiados.

Más allá de estos combates musicales, todo es música en el juego: todos los elementos suenan cuando andamos sobre ellos, los objetos que golpeamos, las acciones que realizamos. La música impregna todo el juego, como lo hace con toda la mente humana. El juego tiene voces en inglés, pero están fabulosamente traducidas al castellano en sus subtítulos, incluidos los de las letras de las canciones.  

Figment 2 cuenta con un modo acompañante, que es un modo cooperativo que permite que un amigo te acompañe en la aventura. En este caso, el segundo jugador tomará el papel de Piper, que podrá echar un cable en algún puzle o combate. No es que pueda hacer mucho, pero siempre está bien tener compañía a la hora de resolver algunos puzles.

En definitiva…

Figment 2: Creed Valley es una fabulosa aventura, que puede disfrutarse igual tanto si jugaste al primer título como si no lo hiciste. Un apartado artístico sobresaliente para un juego que mezcla mecánicas muy divertidas y originales y que mezcla combates, exploración y puzles casi a partes iguales. Todo con una narrativa muy cuidada que cuenta una historia a través de los elementos en pantalla, los personajes y esa mezcla de opiniones, recuerdos, ideas y decisiones morales que pululan por la mente. Muy recomendable.