David Serrano, que podría enfrentarse a un delito de homicidio por imprudencia por la muerte de Julen, ha explicado que contrató a Antonio, el pocero, para que buscara agua para poder plantar aguacates y mangos. Asegura que le presupuestó 12 euros si el resultado de la prospección era negativo y 27 si era positivo.
Cuando el pocero acabó su trabajo, ha dicho Serrano, le “dejó el agujero allí tal cual”. Después, según su relato, llamó a un amigo para que le retirara la tierra que había dejado allí el pocero y para hacer un muro de contención, no una casa. El pozo se iba a tapar con hormigón y a proteger con el muro, ha asegurado.
Serrano ha negado que las obras fueran para hacer una vivienda. Asegura que su intención era plantar aguacates y mangos.
“El día de la desgracia yo tapé aquello con dos bloques de hormigón. Advertí del peligro, que alguien podía meter allí un pie y rompérselo o doblárselo, jamás en la vida pensé que allí cabía un niño”, ha dicho David Serrano en una rueda de prensa en Málaga, acompañado por su abogado y un técnico.
“Escuché voces aterradoras”, ha seguido explicando el dueño de la finca de Totalán, primo del padre de Julen. “El niño se había escurrido entre los dos bloques y había desaparecido”.
David Serrano ha señalado que su hija de la misma edad de Julen también estaba allí. “Ha sido Julen, pero podría ser mi hija chiquitilla”, ha dicho justo antes de romper a llorar.