El guardia civil que sacó a Julen cuenta que cuando lo dejó en la carpa se derrumbó

Nicolás Rando bajó con los mineros tras la segunda detonación. “Es una sensación extraña, rara, bajar por un tubo de hierro. Yo me he metido en agujeros más estrechos y claustrofóbicos, pero aquello… Miras hacia arriba y piensas: Si pasa algo aquí…”, ha contado en declaraciones al Diario Sur.

Él tiene un hijo de cuatro años que durante los trece días que duró el rescate, cada mañana, le preguntaba lo mismo: “Papá, ¿hoy vas a rescatar ya a Julen?”.

Cuando los mineros llevaban hecho la mitad del trabajo, el mando policial decidió que siempre hubiera un agente de la Guardia Civil con los brigadistas en el túnel. Cuando llevaban excavados 3,70 metros “hicimos una cata y vimos que la tierra era diferente. Mi compañero metió una cámara por el agujero que abrimos y vio al niño", ha explicado Rando. El mando pidió a todo el equipo de rescate discreción porque la familia tenía que ser la primera en saberlo.

En el siguiente descenso le tocó a él sacar a Julen. “Tuve sensaciones encontradas. Un cierto alivio por haber terminado el trabajo pero enfurecido por el resultado”, ha explicado.

Cuenta que ya en la superficie dejó a Julen en la carpa, donde esperaban dos forenses. Después buscó un lugar apartado y se derrumbó.

Asegura que no le da vueltas porque han “movido tierra como para parar siete aviones, hemos conseguido llegar a él y lo hemos sacado. No estaba vivo, eso es lo peor. Pero lo hemos dado todo”, añade en sus declaraciones al diario malagueño. Nico reconoce que le consuela “un poco” saber que la autopsia ha determinado que Julen murió el mismo día de la caída.