Las maniobras militares de China en el entorno de Taiwán en represalia por la visita a la isla de Nancy Pelosi deberían terminar hoy. Después de cuatro jornadas de ejercicios la tensión no se ha reducido. Por eso, el primer ministro de Taiwán ha calificado de "arrogantes" las maniobras y ha dicho que su país no cederá a las amenazas chinas.
No es la primera vez que un acercamiento entre Taiwán y Estados Unidos genera una respuesta airada por parte de China, pero nunca había sido de estas proporciones. Hoy se cumple el cuarto día de agresivas maniobras militares por parte de Pekín en respuesta a la visita, el miércoles, de Nancy Pelosi a la isla cuya soberanía reclama China. Cuarto y último día, según anunciaron en su momento las autoridades del régimen comunista, aunque fuentes militares han dejado abierta en las últimas horas la posibilidad de que el despliegue bélico se extienda más tiempo.
En total, hasta 20 aeronaves y 14 buques del Ejército Popular de Liberación participan en esta operación con fuego real que, 'de facto', está significando un bloqueo de Taiwán. Aún así, los taiwaneses lo viven con sorprendente normalidad desde la visión occidental. Nadie cree que las partes busquen una guerra, y aunque el riesgo ante un simple error existe, los taiwaneses siguen con su vida.