One Military Camp: ¡aquí mi fusil, aquí mi pistola!

  • El estudio barcelonés Abylight estrena en acceso anticipado su simulador/manager de campamento militar

  • Construye y gestiona un campamento militar y lleva a tus cadetes a ganar la guerra

  • Un divertido y profundo juego de simulación cargado de referencias al cine clásico o los videojuegos

El genero de los ‘sim managers’ nos ha permitido construir y gestionar de todo, desde enormes ciudades, líneas ferroviarias por todo un país o grandes parques de atracciones. Los desarrolladores de Abylight Stuidios, con sede en Barcelona, llevan años trabajando en un original juegos de simulación y manager que nos permitirá estar al frente de un campamento militar. One Military Camp llega mañana, 3 de febrero, a Steam en fase de acceso anticipado. Hemos pasado varios días recluidos en este peculiar campo de entrenamiento y os vamos a contar qué nos ha parecido. 

Aunque estamos ante un juego con una obvia temática militar, One Military Camp no es un juego de guerra. Al menos, no como estamos acostumbrados en los juegos de simulación y estrategia bélicos. Aquí no veremos el campo de batalla. En el juego nuestro objetivo es hacer funcionar un campamento militar, atendiendo a todos los aspectos y tareas que puedes imaginar en él: desde la construcción de las infraestructuras, la gestión de los suministros, la contratación de los trabajadores del campo y el recibimiento de los reclutas, hasta la gestión de los distintos entrenamientos y especialización de los cadetes. En la historia del juego hay una guerra, sí, y la misión del ejército al que servimos es intentar ganarla. Pero nosotros veremos el conflicto desde la distancia.   

Y este es, precisamente, uno de los elementos más notables del juego y que lo diferencia de algunas otras propuestas similares. El juego se centra en el aspecto más humano de los conflictos, en los soldados, en su formación y su vida militar. Y eso nos ha gustado y hace de One Military Camp un título muy original.

Bienvenido al campo, recluta

Nada más comenzar el juego llegaremos a un destartalado campo de entrenamiento militar. Unas instalaciones que habían sido abandonadas pero que ahora son las únicas que se mantienen en pie dentro del pequeño territorio que no ha sido invadido por los ejércitos del malvado tirano Dragan, el enemigo del juego, que va ganando la guerra con mucha ventaja y que está a punto de dar la estocada final para terminar de dominar el continente. Pero nosotros estamos aquí para revertir la situación.

Desde unas condiciones muy precarias, tendremos que conseguir levantar el campamento militar, hacerlo funcionar y crecer y mejorarlo tanto que sea capaz de formar a los mejores hombres, los encargados de dar la vuelta al conflicto y terminar ganando la guerra. Pero esto, claro está, no será tarea fácil.

Nada más llegar al campamento nos recibe el Sargento Hawkins, un estricto militar que nos guiará por el tutorial y nos encomendará las primeras misiones. Enseguida iremos descubriendo que toda la gestión del campamento caerá en nuestras manos: hay que comenzar construyendo algunas estructuras como los barracones de los soldados, la cantina, los centros de entrenamiento, pero también los almacenes para guardar los suministros y los generadores de energía que hagan funcionar todo, y hasta las farolas que den luz al complejo en las horas nocturnas. La construcción nos llevará una buena parte de nuestro tiempo y, además de ser eficiente y ajustarse al presupuesto con el que contamos a las necesidades de nuestro campo, también nos sirve para tirar de imaginación y crear el complejo que más nos guste.

Pero, además de construir, tenemos que gestionar toda la vida del campamento y eso incluye los recursos humanos. En nuestra mano está la selección del personal y eso incluye desde los soldados rasos que comenzarán su instrucción militar al personal laboral de las instalaciones: encargados de mantenimiento, cocineros, médicos y hasta científicos e ingenieros que se encargarán de investigar para conseguir mejor armamento y unos soldados mejor preparados. El juego nos da acceso a los datos de cada hombre, nos permite ver sus aptitudes y cualidades y otorgarle el mejor puesto en el campo. Además, tendremos que cuidar de asignarles las mejores rutinas o entrenamientos, colocarles en los puestos y edificios más apropiados y vigilar su salud y su moral: podemos elegir sus turnos de trabajo, gestionar sus descansos y construir para ellos edificios de ocio para que se distraigan tras el trabajo. ‘Mens sana in corpore sano’: hay que cuidar tanto el apartado físico como el mental de los soldados y personal laboral del campo.

Otro de los elementos a tener en cuenta son los recursos que necesita el campo, tanto militares como de gestión diaria (comida, materiales…) y que llegarán desde proveedores de distintos lugares. Al comenzar, la guerra nos mantiene en un pequeño territorio libre con muy pocos proveedores, pero a medida que ganemos algunas batallas y recuperemos territorios, los proveedores se multiplicarán, así como los ingresos que lleguen al campo. Esto nos obligará a tener un ojo puesto en el frente de batalla y preparar soldados y materiales para cumplir misiones al otro lado de las líneas enemigas. Esto nos dará acceso a más dinero y recursos que permitirán aumentar el campo y sus instalaciones, mejorando el entrenamiento y las capacidades de los soldados y permitiéndonos afrontar misiones cada vez más arriesgadas en el campo de batalla. La retaguardia es igual de importante que la vanguardia, y aquí tendremos que atender a ambas cosas a la vez para poder avanzar en el juego.  

Humor y chascarrillos castrenses

Las opciones y el detalle de elementos que tenemos que controlar y gestionar para que nuestro campo militar funcione como la seda (y que esto nos lleve a ganar la guerra con la preparación de los soldados, recursos militares y mejora de nuestra ciencia y tecnología militar) son abrumadores. El juego nos da acceso a diferentes vistas y menús en las que podemos gestionar todo y, además, la vista de juego en tiempo real nos permite acercarnos y alejarnos del mapa, girar, encontrar las mejores ubicaciones para los edificios o caminos y acercarnos y tener una vista del interior de los edificios, para ver qué hacen nuestros soldados y poder darles instrucciones individualmente.

Y como ya hemos dicho, el humor lo inunda todo en este juego, con referencias constantes a los grandes clásicos del cine militar. El Sargento Hawkins no es tan desagradable y malhablado como el sargento de artillería Hartman de La Chaqueta Metálica, pero intenta parecérsele un poco, con sus propias frases motivacionales que mezclan hasta referencias a la mili española (como llamar pelusas a los reclutas recién llegados a la instrucción militar). Este humor y el diseño amigable estilo cartoon de los  personajes le quita mucho hierro al asunto, algo que se agradece para un juego que pretende ser entretenido y divertido y alejarse de lo dramático de un conflicto militar.   

En general, nuestra experiencia con One Military Camp ha sido muy satisfactoria y nos deja un estupendo sabor de boca. Hay que tener en cuenta que el título se lanza ahora en Acceso Anticipado y que los siguientes meses irán llegando un montón de añadidos y mejoras que se añadirán al a experiencia. De momento, puedes disfrutar del modo campaña y del modo sandbox, que te deja completa libertad con un mapa a tus disposición y tus propias reglas.

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