Análisis de SuperEpic: The Entertainment War

  • El divertido juego de Undercoders llega hoy a la venta en formato físico

El estudio indie barcelonés Undercoders nos sorprendió a finales del año pasado con SuperEpic: The Entertainment War, un juego de lo más divertido y alocado, que encerraba una dura crítica al mercado de los videojuegos (sobre todo móviles). Un mapache subido a una llama intentaba luchar para liberar a una sociedad orweliana, controlada por una despiadada corporación desarrolladora de videojuegos que extendía su tiranía de juegos gratuitos aburridos, cargados de micropagos y cajas de botín.

Aprovechamos el lanzamiento del juego en formato físico, en sus ediciones Badge Collector's Edition y Estandar para PlayStation 4 y Nintendo Switch (de la mano de Meridiem Games), para analizar a fondo este divertido y profundo metroidvania.

Un mapache contra los cerdos

Con referencias que podrían ir desde el 1984 de George Orwell al Ready Player One de Ernest Cline, la historia de SuperEpic nos lleva a una sociedad distópica de animales antropomorfos donde ya no existen las compañías de videojuegos tradicionales, sino una sola compañía mundial que se ha hecho con el control del entretenimiento digital: RegnantCorp, dirigida por cerdos que, con una sociedad completamente enganchada a sus juegos, lo controlan todo (otra referencia orwelliana de Rebelión en la Granja).

Todos los habitantes de esta sociedad están irremediablemente enganchados a los juegos de RegnantCorp, a sus irresistibles apps gratuitas que enseguida comienzan a pedirte dinero a base de micropagos, DLC’s, expansiones y cajas de botín. Solo un puñado de jugadores resisten y juegan de manera clandestina a antiguos juegos prohibidos, títulos divertidos de verdad, con buenos argumentos y divertidas mecánicas. Uno de estos disidentes clandestinos es nuestro mapache protagonista y su amiga, una llama come hamburguesas. La resistencia está lista y organizada. Es el momento de asaltar RegnantCopr y acabar con su criminal modelo de negocio.

Así, montado a lomos de una llama y armado con toda clase de armas para golpear a los enemigos (un paraguas, una señal de tráfico, una vieja escoba… todo vale), nuestro mapache se adentra en las instalaciones de RegnantCorp para intentar hacerla caer desde dentro. Eso sí, tendrá que enfrentarse a un buen número de enemigos, los empleados de la compañía (fervientes defensores de sus ideales) y a los enemigos finales de cada nivel.

Con estos mimbres, el juego nos permite explorar los diferentes niveles con total libertad, eliminando enemigos y obteniendo recompensas (dinero, gemas…) que luego podremos emplear en comprar recursos o armas, mejorar esas armas o equipo o adquirir nuevas habilidades. Estas mejoras nos las ofrecen unas enigmáticas activistas de la resistencia a las que podremos acceder en diferentes estancias de cada nivel. Hay que tener en cuenta que podemos recorrer hacia delante y atrás cualquier estancia de cada nivel, pero los enemigos se reinician cada vez, así que tendremos que volver a eliminarlos o sortearlos. Una vez que pasamos de nivel, podremos utilizar los ascensores para acceder a niveles previos y visitar estancias que dejamos sin ver o recoger alguna otra recompensa (como buen metroidvania).

Habilidades y armas

La acción entre las plataformas 2D de SuperEpic resulta sencilla, pero supone un auténtico desafío en los niveles más avanzados, cuando cientos de enemigos de todo pelo nos rodean y atacan por cada ángulo. Pero, gracias al as mejoras en nuestras habilidades y armamento, iremos campeando el temporal. Enseguida nuestra llama podrá realizar ráfagas para esquivar o embestir enemigos, un útil doble salto para llegar a lugares más altos, una patada desde el aire, etc. Pero las habilidades requerirán de gemas a cambio, que tendremos que esforzarnos en conseguir a través de los niveles del juego.

En cuanto a las armas, ya henos dicho que nuestro mapache puede golpear con casi cualquier cosa. Al principio cuenta con un paraguas, una escoba y un desatascador y tenemos las tres armas equipadas al mismo tiempo. Las armas se usan cada una con un botón del mando y ofrecen ataques distintos: algunas golpean a enemigos que nos llegan del aire, otras ofrecen un golpe más poderoso hacia delante, etc. Podemos comprar nuevas armas (más contundentes, de mayor alcance, para arrojar desde lejos…) y mejorar las que tenemos equipadas. Todo a cambio de monedas.

Hay una gran variedad de enemigos y estos son cada vez más complicados de eliminar. Hay que decir que la dificultad del título se va recrudeciendo y, a partir de la mitad del juego, comenzamos a enfrentarnos a un título muy, muy exigente. Por eso, es fundamental encontrar los baños de cada nivel del edificio, que será el único punto de guardado disponible. Acuérdate de ir regularmente al baño a guardar tu partida, porque lamentarás perder el progreso si no lo has hecho.

Como hemos dicho, al final de cada nivel tendremos que eliminar al jefe final, en batallas que nos han resultado un tanto decepcionantes. Después de pasarlas canutas con algunas estancias medias de cada nivel, los enemigos finales no son demasiado duros y cuentan con rutinas sencillas de aprender para eliminarlos sin demasiado problema. Aún así, el diseño de los jefes sí es atractivo, y la historia que tienen detrás también. Como el Jefe del Departamento de Monetización de la empresa que, como no podía ser de otra manera, es un vampiro chupa-dinero.

Ten el móvil cerca, lo vas a necesitar

SuperEpic es un metroidvania divertido, resultón y con una original temática que encierra una crítica ácida al mercado de los videojuego pero, sobre todo destaca por una serie de funcionalidades en las que da el salto a la multipantalla. Con un increíble derroche de originalidad, el juego nos invita (en un montón de ocasiones a lo largo de la aventura) a traspasar la cuarta pared y jugar a las apps y los juegos de RegnantCorp con nuestro propio teléfono móvil.

En muchas ocasiones esto nos sirve para conseguir abrir algunas puertas en el juego. Cerca de esta puerta cerrada encontraremos un código QR que, si escaneamos con la cámara de nuestro Smartphone nos llevará a la página web de Regnantcorp y hará correr un sencillo minijuego. Si lo superamos obtendremos el código para abrir dicha puerta y ganar una sustanciosa recompensa.

Ganar recompensas extra abriendo alguna puerta secreta con estos minijuegos está bien, sobre todo por la opción de ganar alguna ayuda y ver los divertidos minijuegos para el móvil creados por los chicos de Undercoders, otro puñado de divertidas parodias hacia la industria del videojuego. Pero la más útil de todas ellas será una App que genera monedas de forma automática, un ‘PigCoin Minner’, que generará monedas para nosotros de forma automática si registramos en la App cada nivel y subimos a sus ‘jefes’ a su máximo nivel. Esos PigCoins podremos recogerlos en distintos cajeros automáticos repartidos por el juego y usarlos para comprar equipo y mejoras.

En definitiva…

SuperEpic es un original y divertido metroidvania que ha sido desarrollado con mucho gusto y mucha mala lecha por un estudio español con grandes ideas y mucho futuro. Las ediciones físicas del juego llegan hoy a las tiendas y es una fabulosa ocasión para probar la aventura, si es que no lo has hecho ya. El juego es muy entretenido (te llevará unas 6 horas completarlo, pero es muy rejugable) y todo un reto para los jugadores más experimentados. El diseño pixel art es muy agradable y su aguda crítica a los actuales modelos de negocio de la industria del videojuego es hasta necesaria. El uso del teléfono móvil como extra me parece un fantástico acierto, sobre todo para potenciar su mensaje y su crítica, más que para la obtención de recompensas y extras del juego (que también).