En Picanya o Catarroja el alcantarillado no se encuentra en estado óptimo y los vecinos temían que colapsara de nuevo
La amenaza del temporal Gabrielle: en qué se diferencian estas fuertes lluvias de la DANA del año pasado
ValenciaLas lluvias torrenciales de la borrasca Gabrielle han afectado, entre otras áreas, a aquellos municipios más castigados por la DANA del pasado octubre. La sensación de estar reviviendo la pesadilla se vino a la cabeza de muchos pero, salvo algunas incidencias, las infraestructuras han soportado bien la riada informan en el vídeo Toni Ramos y Lydia Cruz.
Picanya, Paiporta, Benetússer o Catarroja. Pueblos con zonas aún en reconstrucción en los que había miedo por si sus medidas de prevención no aguantaban la tormenta. Nada que ver con 2024. Las alcantarillas, que era lo que más preocupaba porque no se encontraban del todo a punto, han evacuado con normalidad el agua que ha caído.
Práctica normalidad en Catarroja, salvo alguna zona inundada
Se ha acumulado agua en zonas más hundidas, como pasos a desnivel, garajes o caminos cercanos a ramblas. En el barranco del Poyo se ha desmoronado un muro de contención precisamente en la parte donde aún no se habían puesto en marcha trabajos de refuerzo. El resto de las vías urbanas han evacuado el agua de forma eficaz.
El agua ha caído en breves periodos de tiempo pero, "a pesar de las dificultades, ha ido drenando correctamente. Solo algunos puntos más bajos en algunas carreteras que han estado cortadas", afirma Lorena Silvent, alcaldesa de Catarroja. La situación descrita por las autoridades no difiere demasiado a las habituales tormentas de otoño que padece el Levante de forma natural.
Los vecinos reviven la pesadilla cuando oyen llover
A algunos vecinos de Paiporta se les hizo la noche muy larga. "Muy nerviosos, hasta gente con crisis de ansiedad, porque claro, te revive todo lo del año pasado", apunta una mujer a Noticias Cuatro. La amenaza de tormenta tiene un significado muy marcado aquí. "Muchas cosas están todavía en reconstrucción la gente que esté todavía así pensaría, 'por favor, otra vez no'", añade otra vecina. Pero el alcantarillado ha resistido bien y eso hace que muchos hayan recuperado el optimismo.
Hay ganas de seguir adelante y dejar de asociar la lluvia con el horror pero, a la vez, las medidas de prevención se han quedado grabadas en la mente de una ciudadanía que la tarde del domingo subió en masa sus coches a zonas elevadas. Es el sentir de un pueblo que no olvida, que aprende y que a la vez mira hacia el futuro con confianza.


