Este síndrome describe las alergias y molestias respiratorias que aparecen al montar el árbol de Navidad, sea natural o artificial, por los ácaros acumulados
¿Cuánta luz consumen las luces de Navidad que ponemos en casa?
Cuando llega diciembre, en muchas casas comienzan a colocarse las luces, el belén y el árbol de Navidad. Este ritual, para muchos, forma parte del espíritu navideño. Pero, para un número creciente de personas, poner el árbol en el salón va acompañado de estornudos, congestión nasal, picor de ojos, tos, goteo nasal, e incluso dolor de garganta. A este grupo de síntomas, muchos lo denominan “el síndrome del árbol de Navidad”.
Se trata de una reacción alérgica o irritativa provocada por elementos asociados al propio árbol o a las decoraciones que cuelgan de él. Este nombre puede sonar festivo, pero sus efectos sobre la salud pueden resultar muy molestos e incluso, peligrosos para aquellos que tienen alergias o afecciones respiratorias.
No es ninguna enfermedad exótica, es un fenómeno que tiene una base biológica y ambiental bien documentada: cuando un árbol de Navidad, sobre todo si es natural, se traslada desde un entorno frío y exterior a un salón cálido, puede liberar esporas de moho, polen, polvo y otros alérgenos. Estos desencadenan respuestas del sistema inmunitario en personas sensibles, provocando síntomas similares a los de la rinitis alérgica o el empeoramiento de asma y otras afecciones respiratorias.
¿Qué síntomas causa el síndrome del árbol de Navidad?
Los síntomas asociados a este síndrome suelen aparecer poco después de colocar el árbol en el interior de la casa y pueden incluir congestión nasal y goteo, estornudos frecuentes y picor de nariz, dolor o irritación de garganta, tos persistente o sensación de picor en las vías respiratorias, ojos llorosos, picor o irritación y fatiga o malestar general.
Aunque el árbol en sí no “ataca” la garganta, la inflamación de las mucosas nasales y de la garganta como respuesta a este alérgeno que agravado por las esporas o el polvo puede provocar dolor o irritación de garganta, sensación de sequedad o incluso dificultades moderadas para respirar por la nariz.
¿Qué causa este síndrome?
Una de las principales causas son las esporas de moho que pueden haber crecido en el árbol cuando se almacenó, transportó o permaneció en ambientes húmedos antes de llegar a la casa. Varios estudios han localizado decenas de tipos de moho en la corteza y agujas del árbol, las cuales al liberarse en un ambiente cálido pueden elevar la concentración de esporas en el aire hasta niveles que pueden desencadenar alergias respiratorias.
Por otro lado, no es solo el moho, ya que muchos árboles naturales llevan adheridos polen de la temporada anterior o polvo que se libera gradualmente cuando los árboles se secan en el interior, lo que puede desencadenar respuestas alérgicas. Aquellos que tengan árboles artificiales y piensen que por ello están libres de este síndrome, están equivocados, ya que también pueden causar síntomas si han acumulado polvo, ácaros o moho durante el almacenamiento, el cual se esparce al sacarlo o montar el árbol.
En ciertos casos, compuestos naturales del árbol como los terpenos que son compuestos naturales que le dan el aroma característico al pino y otras coníferas, pueden actuar como irritantes. En personas sensibles, su inhalación puede agravar síntomas nasales o de garganta, aunque no se trata de una alergia al árbol en sí, sino a estas sustancias combinadas con otros alérgenos presentes.
¿A quién suele afectar más y por qué?
Este síndrome no ocurre en todas las personas; su impacto depende del estado del sistema inmunológico de cada uno, de la presencia de alergias previas y de las condiciones ambientales del hogar como la ventilación, humedad y limpieza del árbol o del ambiente.
Los síntomas suelen ser más intensos en personas que ya tienen alergias estacionales, asma o afecciones respiratorias porque su sistema inmunitario puede reaccionar de manera exagerada ante la presencia de alérgenos. En casas con poca ventilación o con historiales de humedad también tiende a ser más grave este problema.
Estos síntomas están relacionados con el árbol de Navidad y tienden a desaparecer cuando el árbol se retira.
Cómo se pueden prevenir o aliviar los síntomas
Antes de llevar el árbol al salón, se recomienda que se sacuda bien al aire libre para expulsar el polvo, polen o esporas que pueda contener. Si es posible, también se debe limpiar el tronco y las ramas con agua antes de entrar.
Ventilar y usar purificadores de aire puede ser una gran solución para reducir la concentración de alérgenos en el ambiente. En caso de experimentar síntomas, se recomienda considerar retirar el árbol cuanto antes para limitar la exposición al moho y las esporas que suelen aumentar con el tiempo.
En caso de ser muy sensible a alergias, se aconseja escoger un árbol artificial que esté limpio y almacenado sin polvo.
En caso de que los síntomas sean graves como dificultad para respirar, dolor intenso de garganta que no mejor, “pitos” en el pecho o síntomas que persisten, es esencial consultar con un médico o alergólogo, porque puede ser necesario pautar un tratamiento con antihistamínicos, esteroides nasales u otras terapias específicas para este tipo de alergias. Si se sufre de asma o afecciones respiratorias, se recomienda consultar con un especialista antes de que empiece la Navidad para que pueda ayudar a anticipar y gestionar posibles síntomas.


