José aparece por sorpresa y se declara a La Rebe: "Nunca te he dejado de querer"

  • La romántica escena que ha vuelto a unir al matrimonio

La Rebe llevaba unos días muy triste. En su encuentro con José se había quedado sin palabras y totalmente muda para decirle lo que realmente le quería decir: que quiere arreglar las cosas con él. Por eso decidió escribir todos sus sentimientos en una carta que posteriormente le envió a través de Saray.

Pero desde entonces, la de Plasencia no había obtenido respuesta. Interpretaba que si José no había contestado era porque no quería saber nada de ella. Por eso decidió hacer las maletas y volver con su familia, en un intento de olvidarle.

Cuando La Rebe se disponía a coger un taxi, un malentendido hacía que respondiese una llamada pensando que se trataba del taxista, que no la encontraba. ¡Pero era José!

Se puso muy muy nerviosa. Emocionada por el momento. "A ver, Rebeca. Hace un par de días Saray me dio una casta y llevo un par de días dándole vueltas y quiero hablar contigo en serio. Sin piques, sin pelearnos... La verdad que hoy es un día que seguro irías de rojo, ¿verdad? Que te ves muy guapa", le decía él. La Rebe se puso más nerviosa porque pensaba que era casualidad que pensase que iba vestida de rojo.

José prosiguió dejando a La Rebe totalmente descolocada: "La verdad es que me gustaría verte. ¿No hay más bancos que tienes que sentarse en la maleta?". Nuestra 'gipsy' caía entonces que su amado debía anda por allí y alucinó al verle aparecer con un ramo de rosas rojas.

Él quería que La Rebe le explicase en persona qué es lo que siente. Esta vez, ella encontró las palabras adecuadas: "Siento que sigues siendo mi marido, mi amor, el que siempre ha estado ahí. Y que en este tiempo no he parado de pensar en ti".

La Rebe no sabía qué respuesta le iba a dar José. Pero él finalmente dejó el orgullo a un lado y se le declaró. "A mí no me gusta que estemos separados. No sé lo que nos pasó porque creo que nos llevábamos bien (...) Nunca te he dejado de querer. Si lo dijera sería el mayor mentiroso del mundo porque eres mi vida. Eres la madre de mi hijo. Sin ti no tendría razón de vivir (...) ¿Estás dispuesta a luchar por nuestra familia? Porque tu familia somos nosotros".

Ella lo tenía claro. "Esto nunca se ha apagado. En mi corazón por lo menos no", dijo. ¡Y la ansiada reconciliación se produjo!

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