El miedo a la sensación de caída libre se apodera de Carlos Sobera: se niega a subir en la atracción para adultos y termina en la infantil

Carlos Sobera se ha enfrentado a su pánico a las turbulencias y a la sensación de caída libre. Patricia, su mujer, lo ha acompañado en el proceso de hacerle frente a su mayor temor. En 'Los miedos de...', el presentador ha tenido que afrontar la situación de encontrarse en un parque de atracciones y tener que subirse a la atracción de 'caída libre'. Esta atracción llamada 'venganza' tiene una altura de 100 metros y Carlos Sobera se ha negado a subir a ella. "Eso no es para gente normal", ha señalado el presentador.

Los encargados del parque de atracciones han puesto en marcha la atracción para que Carlos Sobera pudiera ver el funcionamiento de la misma. "Te quedas blanco, pálido", ha comentado. Patricia Santamarina, mujer de Sobera, ha intentado convencerlo de todas las formas. "No te he visto más pesada en la vida", le ha reclamado Carlos Sobera a su mujer, pero el presentador lo tenía claro desde el principio: "No me voy a montar, yo soy hombre de tierra firme", ha dicho tajante. Y ha añadido: "No es nada agradable esa visión de verlo todo en el aire y estar suspendido por ahí".

El presentador entra en pánico en la atracción de caída libre infantil

Patricia, mujer de Carlos Sobera, le ha propuesto ir a 'Piolín', la atracción de caída libre infantil. El presentador ha aceptado la propuesta y se ha montado, aunque no muy convencido. "Cuando hemos entrado en la atracción de los niños chicos, primero me ha entrado la risa y luego ya la vergüenza", ha confesado Patricia.

Carlos Sobera lo ha pasado fatal en la caída libre infantil: "¡La madre que me parió!", ha exclamado. El presentador ha entrado en pánico durante la atracción y no ha podido abrir los ojos ni un solo segundo: "¡Por Dios, bajad esto, que me estoy mareando!", ha dicho entre gritos. Además, Sobera se ha mostrado muy enfadado cuando ha terminado la atracción: "¡Qué no se acerque a mí ahora nadie!". Y ha añadido: "No vengo a un parque de atracciones en mi vida". "No me ha dado miedo la altura, pero ese movimiento frenético, te crea la misma inseguridad que si estuvieras en el grande", ha concluido.