Varios españoles, en Dublín durante el ataque con arma blanca: “Han quemado los tranvías y, al evacuarlos, decían a los no irlandeses que no hablaran”

Nuestro compañero y analista económico Marc Vidal cuenta cómo ha vivido su hijo, que reside en Dublín, el ataque con arma blanca que ha tenido lugar en el centro de la capital irlandesa.

Marc Vidal es analista económico, ha vivido siete años en Dublín y ahora su hijo también se encuentra viviendo allí. En ‘Horizonte’ explica brevemente la situación de Irlanda: “Es un país muy complejo, que ha soportado siempre muchísimas calamidades, es un pueblo muy resistente, pero cuando se hinchan, se hinchan de verdad. Esta gente no tiene nada que ver con el IRA, pero hay gente que mantiene vínculos. El sentimiento irlandés es muy fuerte, no es un nacionalismo tradicional. Tienen a muchos irlandeses fuera de Irlanda. Hay más irlandeses fuera de Irlanda que en Irlanda”.

Vidal también explica todo lo que le ha contado su hijo: “En un primer momento estaba asustado. Les hacían bajar de los autobuses, del tranvía, que lo han incendiado. Les hacían bajar y les decían “sobre todo no habléis, los que no sois irlandeses, no habléis”. Les recomendaban que no hablasen para que no hubiera ninguna confusión”.

En analista económico también he hablado con una persona que se encarga de temas de seguridad, cercano al gobierno irlandés: “Me decía que en Irlanda la entrega de armas definitiva no se hizo y que las cosas se pueden torcer mucho más de lo que nadie se puede imaginar”.

Sobre la autoría de estos altercados, señala: “Hay una voluntad de que no se sepa y hay tres mensajes ahora mismo encima de la mesa: los que dicen que ha sido un zumbado, los que dicen que es un acto puramente dirigido desde punto de vista terrorista y también los que apuntan a que es una casualidad, que no entiendo muy bien”.

Tres españoles, desde Dublín: “No quisimos hablar español cerca de gente encapuchada porque pensamos que igual podían agredirnos”

En ‘Horizonte’ también hemos contactado con Sergio, Oriol y Manel, tres españoles que estaban en su hotel, a 300 metros del apuñalamiento.

“Ha sido una situación muy crítica. Ha dado miedo porque saliendo del hotel había parte de las calles que estaban cortadas. La gente no sabía dónde ir. No quisimos hablar español cerca de gente encapuchada porque pensábamos que igual podían agredirnos. Una vez llegados al hotel un poco ya se relajó todo, pero ha sido una situación de la que nos vamos a acordar un tiempo”, explicaba Sergio en un mensaje de voz que han mandado a nuestro programa.