Anabel, una soltera de ‘First Dates’ con fobia a los cuerpos de seguridad: “Si me pones a un guardia civil, me levanto pero rápido”

  • Anabel no soporta ni a los hombres con camisa ni con jerséis de punto: “Me ido de una cita por eso”

  • Luis, al saber el tipo de hombre que había pedido Anabel: “No han acertado, yo soy guapo”

  • Lidia Torrent flipa con el tatuaje de Anabel: “Es una telaraña y me la he hecho yo”

Anabel ha llegado a ‘First Dates’ con las cosas muy claras y al ver a Luis ha sentido que no era su tipo. No era ni Policía Nacional ni Ertxaina ni Guardia Civil ni llevaba camisa, pero llevaba un jersey de punto que no le gustaba nada de nada.

Anabel es una mujer divertida, tatuada y alocada, pero solo fuera de casa. De puertas para dentro asegura ser “una ama de casa de las que te colocan las zapatillas, el pijama, se cena a las ocho y si salgo, es con mis hijos…”. Eso sí, es una mujer con las cosas muy claras y unas manías muy concretas que no ha tardado nada en desvelar.

A Lidia Torrent le ha sorprendido mucho que llevara una telaraña tatuada en el pecho y la soltera le ha dicho que no era el único tatuaje que tenía. Le ha mostrado su enorme tela de araña y el resto de dibujos animados de su infancia que ella misma se había tatuado sobre la piel.

Antes de que Lidia le presentara a su cita, Anabel le ha advertido a ella y a Matías que no soportaba ni a los hombres con camisa ni estaba dispuesta a compartir mesa ni con “un policía nacional, un ertzaina ni un Guardia Civil”. Al escucharla, Matías se ha marchado de la barra con un “hasta luego”.

Lidia Torrent ha respirado tranquila al ver que Luis no venía en camisa, pero la alegría le ha durado muy poco porque nada más verle, Anabel le ha soltado que también tenía una manía y tampoco soportaba los jerséis de punto. Luis ha flipado y ha sentido que su cita no iba a funcionar, pero Lidia le ha echado una mano y le ha recordado a la soltera que ella llevaba un vestido de punto “me lo he comprado para venir aquí y no me lo voy a poner más”. Algo que Lidia le ha dicho que también había hecho Luis.

Ya solos en la cena, Anabel le ha hablado de su afición por tatuarse ella misma y Luis ha sentido que se trataba de una más de “sus arrogancias”, pero lo ha respetado como el resto de cosas. Él le ha contado que él se dedicaba a los deportes de riesgo porque tenía una lesión cervical “ahora juego a la petanca”.

Anabel y Luis tenían claro que su cita no iba a llegar a ningún sitio, pero han intentado mantener la compostura hasta el último momento. Luis ha sentido que Anabel no le daría la tranquilidad que necesita y ella que él no era el tipo de hombre que había pedido “les he dicho que no quería un hombre guapo”.

Luis ha bromeado con ella diciendo que se habían equivocado porque él era guapo y ella le ha dado la razón. Era un tipo muy campechano y majete, pero no era de su rollo. Él también ha tenido claro que más allá de que llevara o no jersey, entre ellos no había existido ningún tipo de feeling.