Un soltero, en shock al ver la cara de su cita tras un beso apasionado: “¡Hala!, la boca”
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Manuel reconoce que ha sido infiel en ‘First Dates’: “Me puse las botas”
Cristina: “No entro por la puerta de los cuernos que me han puesto”
Cristina ha entrado en ‘First Dates’ agachando la cabeza “no entro por la puerta de los cuernos que tengo” y ha sentido miedo cuando su cita le ha reconocido sin cortarse un pelo que él había sido infiel “me puse la botas”, pero se ha creído que no lo iba a volver a ser y se ha lanzado al beso sin pensárselo “Cuando mi padre vea que te he comido la boca”.
Cristina ha tenido dos experiencias muy malas en el amor, le han dicho infiel y no está dispuesta a sufrir más por amor, pero si tiene que ser sincera, reconoce que le gustan los chicos con pinta de malotes. Al ver a Manuel, su cita, ha sentido que tenía unos ojos muy bonitos y le ha gustado que fuera de Málaga.
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Manuel se presta voluntario para superar la timidez de su cita: “Yo voy contigo al gimnasio”
Durante la cena, han hablado de sus gustos y aficiones. Ella le ha confesado que no va al gimnasio porque le da vergüenza y él la ha entendido porque a una chica tan guapa la van a mirar, pero que si quería él la acompañaba para que se le acabara la timidez.
![Cristina y Manuel durante su cita en 'First Dates'](https://album.mediaset.es/eimg/2023/09/22/cristina-y-manuel-durante-su-cita-en-first-dates_48d4.jpg?w=1024)
Eso sí, él es más de deportes al aire libre, hace un tipo de surf en el pantano y se ha atrevido con el snow, pero “la nieve duele”. Cristina estaba muy cómoda con Manuel y ha querido saber si había sido infiel alguna vez. El soltero podía haber mentido, pero no ha visto la necesidad y le ha confesado que sí “una vez, pero me puse las botas”. Manuel fue infiel con 18 años y no tiene ninguna intención de volver a serlo, algo que a ella parece que le ha convencido.
Los doce se estaban gustando y al abrir en el reservado una bola en la que les tocaba un beso, no se lo han pensado dos veces. Se han puesto en pie y se han besado como si no hubiera un mañana. De hecho, cuando se han vuelto a mirar a la cara ha alucinado “¡Hala! la boca” y “y la tuya”. El pintalabios de Cristina se había extendido por toda la cara y los dos estaban rosas, rosas.
En el momento de la decisión final, los dos han tenido claro que se querían seguir conociendo, que se habían quedado con ganas de más y que lo ha hecho, pecho porque ella ha comenzado a pensar en cómo iba a reaccionar su padre cuando la viera “comerte los morros”.