El problema del paro juvenil en España: es el más alto de la Unión Europea, con un 32% en menores de 25 años

  • Los jóvenes tienen que hacer frente a la temporalidad y precariedad

  • El nuevo Gobierno quiere limitar los becarios por empresas

Contratos por poco tiempo, de pocas horas al día y con salarios pequeños, y vuelta a empezar. Ese es el trazo grueso del empleo juvenil en España. Empleos inestables, según el consejo de la juventud, que empiezan mal con abusos de los contratos de prácticas o de formación.

El pacto de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos quiere limitar el número de becarios en empresas, el encadenamientos de prácticas y además pretende subirles el sueldo para que no se usen como mano de obra baratas. El gobierno también perseguirá a los falsos autónomos en los trabajados vinculados a las nuevas tecnologías que en gran parte recaen en los jóvenes.

El Banco de España reconoció que estamos ante una generación especialmente preparada, pero mal pagada. En España hay el doble de universitarios que de estudiantes de FP, a pesar de que estos últimos recibieron más ofertas de trabajo.

Administración y Dirección de Empresas, Ingeniería informática e industrial son las carreras que acapararon más demandas de empleo el año pasado. Sectores casi calcados en su versión FP donde se pidieron estudios de administratitvo, electrónica y fabricación mecánica. Los trabajos no cualificados más solicitaros fueron comercial, teleoperador y dependiente.

Entre las soluciones, invertir más en orientación a los jóvenes parados y en cursos de formación específicos y de calidad. Según la Autoridad Fiscal, se gastan entre 6.100 y 6.500 millones de euros al año para empleo, pero solo un 25% acaban en formación, la mayor parte están destinadas a ayudas a la contratación para las empresas.

El reto del empleo va más allá: cambios del modelo económico español basado en el sector servicios, reducción de la precariedad, impulso del tejido industrial o creación de empleo en todo el país. Solo las comunidades de Madrid, Cataluña y País Vasco acapararon el 60% de las ofertas de empleo el año pasado.

En resumen, podemos concluir que los jóvenes que ahora se incorporan al mercado laboral, a pesar de pertenecer a una generación especialmente formada, se enfrentan a algunos retos más exigentes que los que encararon las generaciones pasadas. Concretamente, los jóvenes de hoy tienen que enfrentarse al desafío que supone haberse incorporado al mercado laboral tras la crisis financiera, lo que ha dificultado su capacidad de adquirir experiencia en los primeros años de carrera profesional, especialmente en el caso de los trabajadores con menor grado de formación, y verse comparativamente más afectados por la temporalidad y la parcialidad.

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