Esto no es una guerra

  • El término lo ha utilizado el Gobierno en la situación actual

Pedro Sánchez vuelve a definir la situación de guerra mientras que presidentes como Frank-Walter Steinmeier de Alemania rechazan el uso de esa palabra.

Para las personas que han perdido a sus seres queridos da igual que lo llamemos guerra o catástrofe porque siempre será una tragedia. Para los que perdieron su empleo o están muy enfermos será un drama. Pero para el resto decir que esto es una guerra quizá no se ajusta a la realidad. Sin embargo, el término “estamos en guerra” se ha utilizado con mucha frecuencia por el Gobierno para describir la situación que estamos viviendo con esta pandemia.

La razón hay que buscarla en que los asesores de comunicación que rodean al presidente han buscado inspiración en varios construcciones de los discursos de Churchill durante la II Guerra Mundial. Esa época sirvió para levantar mitos de políticos que aún perviven. Quizá ese deseo de aprovechar el momento actual para intentar trascender de esa misma forma ante la Historia es lo que hace que se caiga en la copia y la exageración. Sin embargo, no estamos en guerra y además las arengas del primer ministro británico se las escribía el mismo. Así pues todo lo demás es actuación.

Son innumerables las ocasiones en las que el presidente Sánchez ha hablado de guerra, ayer de nuevo lo hizo; sin embargo, se ha impedido al máximo mostrar los estragos que ha supuesto. Por ejemplo, en el Palacio de Hielo había un control de los teléfonos para que no se sacasen imágenes de esa morgue improvisada. Incluso políticos señalaron que desmoralizaba ver entrar ataúdes en ella. Así pues se impidió la entrada a la prensa. Sin embargo, cuando se cerró la morgue se la convocó para escuchar el discurso de los políticos pero ni rastro de que eso hubiese sido un depósito de cadáveres. Como eso tantos otros sitios más a los que a los medios se les prohibía la entrada pese a podrían haber ido con todo tipo de protección, normas de seguridad y sin obstaculizar la labor de nadie. Ha habido noticias para hablar del virus en general que han tenido que ser ilustradas con imágenes de otros países de Italia o China o con videocomunicados de empresas.

Habrá que preguntarse si con estas dificultades a mostrar la realidad no les hemos hurtado a las generaciones futuras imágenes para la Historia a cambio de discursos que nadie recordará. Los historiados coinciden: “Estamos en guerra” es una frase inflamable en la que solo caben dos bandos, sin término medio. Conmigo o contra mí. La palabra guerra aclama a los extremos por eso también Santiago Abascal, líder de Vox también se ha subido a ella para decir el miércoles en el Congreso que estamos en una “auténtica guerra”. Sin embargo, para “auténtica guerra” la que sufrieron nuestros padres o abuelos en nuestra guerra civil (1936-1939) con un posguerra de más de una década y cientos de miles de muertos muchos aún en cunetas, campos de concentración y exiliados. Quizá sólo por respeto a los que pasaron por una de verdad es preferible limitar el uso de la palabra guerra. O acaso, ¿no le sale agua del grifo y la busca en tuberías rotas de la calle y expuesto a un disparo de un francotirador? Eso sucede en las guerras actuales. O quizá ¿ha salido de su casa, le han metido en un camión le han pegado un tiro en un cuneta donde quien sabe si algún día encontrarán su cuerpo? Eso pasaba en la Guerra Civil.

Para recordarnos lo que es una guerra de verdad hablamos con el croata Sasa Jovic entrenador de balonmano en Amposta Tarragona que sufrió la guerra de Croacia. Como él otras tantas víctimas más desde Nigeria, Siria, Ucrania, etc. Muchos de ellos auxiliados por la ONG CEAR (Comisión Española de Ayuda el Refugiado).