Numerosos ciudadanos quieren entrar o salir de La Palma, pero es imposible. La erupción del volcán ha interrumpido el transporte aéreo comercial: entre los afectados por las cancelaciones también está la ministra Carolina Darias, que tenía previsto viajar a la isla este sábado.
No es tanto el polvo en suspensión procedente del volcán Cumbre Vieja, como la acumulación de ceniza. De hecho, el manto negro que cubre la pista de aterrizaje del aeropuerto de La Palma tiene tanto espesor, es tan grande, que lo hace impracticable. Este sábado se han desplegado equipos de limpieza.
De momento, Aena no puede confirmar cuándo volverá a estar operativo el aeropuerto, cuándo se podrá salir de la isla vía aérea. Durante este jornada, numerosos pasajeros se han acercado al aeropuerto a preguntar y pedir información sobre su vuelo, pero se han dado cuenta de que ahora mismo la única alternativa de salir es por el mar.
"No sabemos si mañana se puede salir o no se puede, ni ellos tampoco, me parece", comenta un hombre. "Teníamos un vuelo para mañana, y por lo visto están cancelados. Estamos viendo qué opciones nos dan", explica una mujer. "Me voy en barco ahora después a Tenerife. Y espero que me den la alternativa de poder salir mañana, es la única forma", comenta otra vecina.
Desde Tenerife llegan en barco también las ayudas. El ferry estaba completamente lleno en la mañana de este sábado. En él llegaban muchos equipos de emergencias, bomberos de diferentes comunidades autónomas o efectivos de la Policía Local de Tenerife. Los agentes llegan para hacer relevo a compañeros que llevan trabajando muchos días sin descanso.
También se ha podido comprobar en el trayecto en barco la solidaridad de gente anónima, particulares que se han movilizado en Tenerife para recoger alimentos, ropa y juguetes para los niños de todas esas familias evacuadas. También, muchos ciudadanos han hecho acopio para dar de comer a los animales refugiados en las protectoras. Tampoco han faltado los que no se han resistido a la tentación de contemplar el volcán, la primera erupción en 50 años.