La increíble odisea de Otto Rahn: el buscador del Santo Grial

  • Lideró expediciones, persiguió reliquias, pero el mayor enigma fue él mismo: Iker Jiménez cuenta la historia de Otto Rahn

  • El programa ha contado con la participación de Javier Nicolás, investigador y escritor.

‘’Ustedes saben muy bien que los nazis durante sus años de actividad en Alemania tuvieron una serie de anhelos importantísimos para preconfigurar una ideología sagrada, una mítica propia, uno de los elementos que más buscaron fue ese grial, pero el auténtico Indiana Johns de las SS lo localizó en unos puntos muy concretos con un pasado también muy concreto. Estoy seguro de que quieren conocer todos los detalles de la increíble odisea de un hombre que se llamaba, vida misteriosa, enigmática muerte, Otto Rahn’’, adelanta Iker Jiménez.

Lideró expediciones, persiguió reliquias, pero el mayor enigma fue él mismo. Iker Jiménez investiga a fondo durante la noche de este domingo en ‘Cuarto Milenio’, la historia de Otto Rahn y su búsqueda del Santo Grial. El presentador ha contado con la participación de Javier Nicolás, investigador y escritor, para Iker Jiménez ‘’la máxima autoridad para hablar de estos temas’’.

‘’La investigación que ha hecho nuestro amigo Javier Nicolás, espectacular, siguiendo el rastro. Solo una parte de los documentos están aquí’’, ha explicado Iker mientras presentaba al escritor.

¿Quién fue Otto Rahn?

Otto Rahn era un escritor alemán que antes de la llegada del tercer reich en los años 20, ya estuvo investigando en Francia. Según indica Nicolás, el tema cátaro ‘’le interesó muchísimo’’, entonces se fue a Francia y empezó a investigar dando así con la clave.

Javier Nicolás explica quienes fueron los cátaros: ‘’Fue el primero que dijo que el Santo Grial lo tuvieron los cátaros. Los cátaros eran una comunidad ideológica, religiosa, espiritual, que chocó con la iglesia católica hace mucho, del siglo XI al XIII en el sur de Francia’’.

El escritor ha destacado algo muy importante para él: ''Él decía que el Grial para él no solo era una copa sino unas tablillas de madera o de piedra con unas inscripciones rúnicas antiguas y él dice que los cátaros poseían eso, pero que fueron incapaces de interpretar esas runas''.