Natalia Quintero se divorció debido a que su marido era algo "machista" y no le permitía trabajar ni hacer lo que ella deseaba. La agricultora confiesa que en la isla del Hierro "el machismo es un mal común, pero está cambiando… Aquí te crían para ser madre y mujer". Su separación le sirvió de empuje y Natalia dio lugar a una gran plantación de piñas: "Me divorcié y vi la vida de otra manera".