Para conocer la historia de Laciana hay que hablar con sus habitantes y, sobre todo, con aquellas personas que se jugaron la vida en la mina, símbolo de la región. Manolín pasó muchos años bajando a más de 300 metros, se prejubiló y ahora no puede volver a pisar aquel lugar que amó tanto cuando era joven y que ahora le da “pena volver a verlo”.
Sin embargo, Jesús Calleja ha conseguido que Manolín vuelva a aquel sitio en el que trabajó tantos años, a una mina abandonada. Vieron las jaulas por las que descendía el personal, las instalaciones abandonas y demás sitios por los que estuvieron muchos sufrieron y disfrutaron del trabajo en equipo. Sin embargo, el mundo se le vino abajo cuando vio el estado tan desastroso y abandonado en el que se encontraban los vestuarios.
“Esto no puede estar así. La mina a nosotros nos dio mucho, nos puso una vivienda, nos mantuvo a la familia, esto es una falta de respeto a todos los mineros del valle de Laciana”, explicaba con la voz cortada Manolín a Calleja. Después, cuando los habitantes del pueblo vieron las imágenes no pudieron contener las lágrimas de cómo han descuidado el símbolo de su pueblo, su historia.