Marigel y su marido, hijos de emigrantes, nacieron en Alemania y cuando se casaron quisieron volver a España y decidieron trasladarse a Asturias. Cuando llegaron, sobrevivieron montando una quesería y un hotel, pero antes de acabar el proyecto su marido falleció: "Soy una mujer feliz con todo lo que tengo, pero siempre está esa ausencia".