Análisis de Psychonauts 2: Double Fine lo ha a vuelto a hacer

  • La primera secuela de Double Fine nos trae la continucación

  • Una delicia diseñada para los fans del primer juego y para los que gustan de los plataformas clásicos

Double Fine siempre ha sido una compañía singular, como lo fue antes Lucasarts. Ambas compañías tienen (o tenían) dos denominadores comunes: una nómina de juegos originales y únicos, en los que la narrativa brilla por encima casi de cualquier aspecto, y a Tim Schafer.

La fórmula de creación de videojuegos de este hombre y sus equipos de desarrollo se ha diferenciado casi siempre de los estándares de una industria que cada día tiende más a producir secuela tras secuela de fórmulas de probado éxito. Tim y Double Fine, sin embargo, han hecho todo lo contrario desde hace más de dos décadas. Desde 2005, cuando se lanzó el primer Psychonauts no ha habido una sola secuela, y el estudio se ha atrevido con casi todos los palos: RPGs, aventuras gráficas, juegos de acción, aventuras, títulos de plataformas... Incluso tuvieron un romance de lo más intenso con Kinect.

Por tanto se podría decir que Psychonauts 2 es la primera secuela de Double Fine, siendo además un juego que lleva siendo fijo en la lista de 'los más esperados' desde hace tanto tiempo que casi es complicado de recordarlo. En concreto lleva dando vueltas desde 2015, con una financiación colectiva de lo más exitosa que, después, recibió otro empujón tras la compra del estudio por parte de Microsoft.

Las bases del juego ya estaban planteadas, pero la adquisición por parte de Tito Phil Spencer permitió dar alas al equipo para que completaran Psychonauts 2 de la mejor manera posible. Hoy, por fin, tenemos el fruto de su trabajo entre nosotros. Y aunque parezca extraño, sí, el título de Xbox Game Studios también estará disponible en consolas PlayStation, además de en Xbox y PC. Solo el futuro dirá si los próximos juegos de Double Fine se visten del verde exclusivo de Xbox, pero de momento los jugadores de todo el mundo pueden disfrutar de esta tremenda aventura de plataformas que tenemos ante nosotros.

La historia sobre la jugabilidad

Lo primero que queda claro tras poner el juego es que Psychonauts 2 se ha creado para, al menos en un primer momento, satisfacer a los fans de la primera entrega de esta serie. Solo de esta manera se entienden los largos primeros minutos en los que se intenta resumir lo que pasó en el juego de 2005, quedándonos además un tanto descolocados por lo enrevesado que resultaba todo aquello.

Y es que, al fin y al cabo, se trataba de un juego surrealista y repleto de diálogos mordientes, referencias veladas y una narrativa peculiar. Aunque se puede entrar mucho más en detalle, todo es tan simple como que eres un chaval con poderes psíquicos, Razputín, y quieres (y consigues) formar parte de los Psychonauts, una unidad de élite con poderes psíquicos y la capacidad de entrar en las mentes de sus enemigos.

En aquel primer juego tocaba derrotar al villano de rigor, y en este toca profundizar precisamente en el por qué de las acciones de tal némesis, tratando de descubrir qué, o quién, motivó sus acciones. A partir de aquí podéis esperar montones de giros de guión, localizaciones súperlocas, diálogos constantes y momentos un tanto enrevesados que, a veces, paran el ritmo de la acción, aunque tengan todo el sentido.

Todo gira alrededor de la trama y las interacciones con los personajes, lo que lleva a frecuentes escenas de corte, con algunos niveles realmente cortos. Esto provoca que la dinámica de Psychonauts 2 sea en ocasiones un poco 'coitus interruptus'. Si a esto le unimos que se tarda en enganchar con los personajes y la historia, tenemos la primera (y única) gran pega de esta propuesta de Double Fine.

Despegando, que es gerundio

Vale, hasta ahora tenemos claro que el inicio con Psychonauts 2 se hace durillo, sobre todo si no jugaste al juego original. Sin embargo te aseguro que merece la pena el esfuerzo, pues lo que espera es una aventura de plataformas que funciona a las mil maravillas en casi todo momento y que, además, hace gala de una variedad de situaciones que ya querrían para sí algunos de los títulos con mayor renombre del mercado.

No es solo que Razputín tenga un buen puñado de poderes psíquicos a su alcance (aunque no vendría mal alguno más), sino que además los niveles van cambiando y evolucionando de manera constante a lo largo de la aventura. Los saltos aquí y allá son lo más habitual, con un control exquisito y cierto gusto por llevarnos al límite si queremos encontrar los muchos secretos que esconde cada nivel, pero también hay combate, exploración y constantes subidas de nivel para mejorar las prestaciones del protagonista. Todo eso se va sumando poco a poco a la ecuación de Psychonauts 2, como si fueran las sucesivas capas de un pastel en el que la narrativa es la guinda, una vez le coges el punto al asunto.

Para cuando llegues a profundizar en el cerebro de Forsythe ya estarás dentro de la propuesta, surfeando entre ideas dentro de su cerebro, apaleando traumas que atormentan su mente y, en definitiva, tratando de sobrevivir en una aventura que se pone más loca con cada nivel que pasa. Es en ese punto cuando la narrativa y la jugabilidad se dan la mano y te invitan a explorar a fondo cada nivel para encontrar todos los secretos ocultos, que son muchos. El avance es incesable, y aunque Psychonauts 2 no es corto, lo cierto es que cuando lo acabas puedes quedarte con esa sensación.

La culpa es de una dificultad no demasiado elevada, y de la falta de reto presente de principio a fin. Se nota que Double Fine ha desarrollado este título para que sea disfrutado sin pausa. El ejemplo que lo atestigua es que no hay apenas penalización si se muere. Si tu cerebro se vacía de energía simplemente retrocederá s un poco dentro del nivel, y podrás volver a intentarlo. Si a esto le unimos el detalle de que tampoco se trata de un título exigente con tus habilidades... Blanco y en botella.

Técnicamente una delicia

El primer Psychonauts era un juego sencillo en cuanto a carga visual, pero muy trabajado en su faceta artística. La secuela va por el mismo camino, y lo que más destaca es la originalidad y detalle en cada escenario y personaje. Todo está pensado al milímetro y rezuma cariño. Eso sí, no esperéis una demostración de potencia y virguerías gráficas, porque no creemos que Tim Schafer y su equipo tuvieran esa intención cuando pensaron en el juego.

De esta forma Psychonauts 2 ofrece un acabado exquisito, y todo tiene el toque cartoon perfecto, en todos los sentidos. Hasta la música, efectos sonoros y doblaje van en esa misma línea. Cierto es que el hecho de que solo los subtítulos estén en castellano puede echar para atrás en algunos momentos, haciendo que nos perdamos ciertos chistes y juegos de palabras de la versión original, pero es un mal menor que, a la vez, permite que más usuarios disfruten de esta aventura tan peculiar.

Respecto al rendimiento en cada plataformas, Psychonauts 2 funciona a la perfección en todos los sistemas, aunque brilla más en Xbox Series X, ya que es la única versión nativa de nueva generación. En PS5 funciona también, pero se trata de la versión retrocompatible de PS4, que sigue siendo más que digna.

En definitiva...

Psychonauts 2 es un regalo para los nostálgicos de las grandes aventuras de plataformas de hace un par de generaciones, y para aquellos que echan de menos los títulos en los que un guión afilado era el centro de la ecuación. Además, no conformes con eso, han conseguido añadir sofisticación a la mezcla hasta conseguir ofrecer una divertida aventura de plataformas que puede llegar a interesar a mucha más gente de la que podría pensarse. Por eso, aunque el inicio sea algo durillo, el viaje merece la pena. Aguanta, encontrarás una aventura digna de tu tiempo, que además tiene algo para casi cualquier jugador.

En resumidas cuentas: Double Fine lo ha vuelto a hacer.

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