Análisis de Olija: un indie tremendo de acción pixelada

  • Estamos ante el primer gran indie de este 2021

  • Un juego de acción y exploración con toques de RPG

  • Un mundo oscuro y fascinante con combates asequibles

Devolver Digital nos tiene acostumbrados a una buena cosecha de títulos indies cada año y este 2021 no va a ser una excepción. Como una declaración de intenciones llega este Olija, obra del estudio japonés Skeleton Crew. Con un estilo gráfico minimalista, con un pixel art de pocos detalles pero que derrocha carisma, nos llega este fabuloso juego de acción, con un mundo oscuro y apasionante para explorar y muchas mazmorras que descubrir.

Hemos visto muchos juegos de este estilo, con un estilo retro y acción, exploración, combates y armas en un entorno en 2D y scroll lateral (como Dead Cells o Hollow Knights). Pero Olija tiene notales diferencias. La principal es que no es un juego extremadamente difícil. Es un título asequible, sin ser demasiado fácil. Eso te permite disfrutar de sus combates, sus mazmorrasy jefes finales, sin querer destrozar al mando contra la TV.

Un arpón multiusos

La historia de Olija nos pone en la piel de Faraday, un marinero que acaba de sufrir un espantoso naufragio en una misteriosa zona de islas, una tierra llamada Terraphage. No conocemos el destino del resto de nuestra tripulación y en el primer lugar al que conseguimos llegar de estas islas nos encontraremos a una población abandonada, a punto de morir de hambre. A partir de aquí nos embarcaremos, de manera literal, en un viaje por descubrir a dónde han ido a parar nuestros compañeros y, de paso, a traer algo de esperanza a los habitantes de estas islas.

Para ello conseguiremos un pequeño trozo de mapa y la ayuda de un barquero. Él nos llevará a donde le indiquemos, siempre que tengamos el destino marcado en un trozo de mapa. Esto nos dará acceso a las primeras costas para explorar, dónde comenzaremos a encontrarnos peligrosos enemigos pero, sobre todo, muchos objetos y tesoros que recolectar, lo que nos ayudará en el devenir de la aventura.

En los primeros compases del juego conseguiremos las primeras armas, como una espada con la que podremos enfrentarnos a nuestros primeros enemigos. Pero todo cambiará cuando encontremos ‘el arpón’. Se trata de un objeto mágico que parece habernos elegido para portarlo y que, además de servirnos para quitarnos de en medio a algunos enemigos (tanto cercanos como a distancia) tiene una característica muy peculiar: nos permite tele transportarnos hasta allí donde lo hemos clavado. Esto abrirá nuevas mecánicas al juego y pronto comprobaremos su versatilidad para movernos por los escenarios y mazmorras.

El arpón, junto con las primeras armas y objetos de valor nos permitirá comenzar a construir una pequeña ciudad en la colonia donde encontramos a los moribundos habitantes, que ahora se beneficiarán y volverán a prosperar gracias a nuestros hallazgos. Reuniremos más trozos de mapa, lo que nos permitirá viajar a nuevas islas y eso nos hará conseguir nuevos tesoros, artefactos y a rescatar a algunos de nuestros antiguos compañeros. Nuestro objetivo: descubrir qué pasa en esas tierras, rescatar a nuestros compañeros y volver a casa.

Combates muy variados

Este mundo de islas es muy, muy grande y tiene muchas mazmorras para explorar. Cada vez que nos adentremos en ellas conseguiremos complicar el juego un poco más, sobre todo añadiendo variantes al combate. Con nuevas habilidades y nuevas armas secundarias con las que enfrentarnos a nuevos enemigos: una ballesta, una daga, cuchillos… Pero el arpón será nuestro mejor compañero, ayudándonos a movernos de manera rápida y fascinante por las distintas mazmorras e instancias.

Y combates tendremos muchos, todo el rato. Con un puñado e enemigos o con decenas de ellas agobiándonos desde todas las direcciones. La mayoría de los enemigos son muy asequibles, solo hay que saber recibir sus oleadas, guarecerse de los que lanzan proyectiles y esquivar los golpes de los que se nos lanzan encima. Pero otro cantar son los enemigos finales. Encontraremos uno al final de cada isla que y tendremos que emplearnos bien para poder derrotarlo. Eso sí, las recompensas son cuantiosas.

Un elemento que añade diferencias a los combates son los sombreros. En la colonia que estamos construyendo hay una tienda de sombreros y cada uno de ellos nos proporciona una nueva habilidad en combate. Son muy valiosas, por lo que conseguir comprar los sombreros nos va a costar sudor y lágrimas. El sombrerero nos los venderá a cambio de una buena cantidad de objetos que tenemos que conseguir traer de nuestras incursiones a las islas. Cuando consigamos los sombreros, podremos decidir cual lucir antes de cada nuevo viaje.

Lo bueno es que hay una cierta libertas y sensación de entorno abierto en todo este mundo de islas peligrosas. Podemos explorar cada isla a nuestro antojo y volver a nuestra casa a buscar provisiones o canjear objetos siempre que queramos. Solo hay que llamar al barquero para que nos recoja. Todo con una historia oscura llena de referencias a la cultura oriental. Una historia que nos atrapa casi sin diálogos.

En definitiva..

Olija es un juego que te engancha, sobre todo por su fabuloso sistema de combate variado, satisfactorio, adictivo y sin frustraciones. No quiere decir que no nos presente retos, pero ninguno será desesperante. Y todo con un diseño minimalista pero mágico, consiguiendo mucha riqueza con cuatro píxeles. Y una banda sonora fantástica. Es divertido, no demasiado largo pero tiene muchas cosas por hacer y rejugar, y muchos secretos que descubrir y coleccionar.