Análisis de Kona II Brume: un misterio enterrado en la nieve

  • La aventura narrativa que cautivó a la crítica hace unos años vuelve con una secuela aún más misteriosa

La primera entrega de Kona fue una grata sorpresa y, a pesar de no contar con un apartado técnico sobresaliente, cautivó a un gran número de jugadores por una historia muy bien construida y, sobre todo, muy bien narrada. Al fin y al cabo, este destacado título independiente, se mueve dentro del género de las aventuras narrativas. Ahora acaba de llegar Kona II Brume, la secuela directa de aquel juego que quiere continuar su misteriosa historia. Después de completar su aterradora narrativa, de nuevo en la piel de Carl Faubert, os resumimos cómo ha sido la experiencia.

La historia de Kona II comienza tan sólo unos minutos después de los acontecimientos narrados en el primer juego. Hay muchas secuelas en las que decimos eso de que no es necesario haber jugado el título original para disfrutar la nueva entrega, pero en esta ocasión, podemos asegurar que no es así. Es casi imprescindible haber vivido los acontecimientos del primer juego, conocer su historia, sus detalles y su conclusión, para enterarse de todo lo que nos vamos a encontrar desde el primer minuto de Kona II. Pero hacerse con el primer título es realmente sencillo y, sobre todo, barato, ya que está realmente rebajado en las distintas tiendas digitales.

Kona II Brume vuelve a presentarnos una historia que mezcla aventura y misterio ambientada en una isla ficticia de Canadá, una zona inhóspita y congelada al norte de Quebec, en los años 70. El jugador asume el rol del detective privado Carl Faubert, que fue contratado para investigar unas misteriosas desapariciones en torno a una familia adinerada, propietaria de unas minas abiertas sobre el territorio sagrado de un pueblo indígena. El juego vuelve a combinar elementos de exploración y resolución de puzles con una narrativa de terror psicológico que consigue crear una experiencia inmersiva y cautivadora. A medida que avanzamos nos enfrentaremos a una extraña niebla, la Bruma, que está desconectando al pueblo y a sus habitantes de la realidad y alterando el equilibrio de la naturaleza.

En esta ocasión, más allá de la exploración y la omnipresente narración, hay muchos menos momentos de ‘acción’, por denominarlos de alguna manera, que en la primera entrega. A veces tendremos que echar mano del revolver con el que contamos para eliminar o ahuyentar a agresivos animales (ya sean físicos o espectrales), pero son momentos puntuales. Menos mal, porque la mecánica es tosca y muy poco satisfactoria y realmente lo que hace es sacarte de la atmósfera general del juego. Eso sí, sí que nos encontraremos con distintos puzles que tendremos que completar para seguir avanzando. La mayoría son realmente sencillos, pero otros puede que te hagan estrujarte la cabeza algo de tiempo. Nada demasiado complejo.

Kona II vuelve a destacar por su cuidada ambientación, que recrea con detalle la atmósfera de esta isla aislada y fría del norte de Canadá, donde el clima, la naturaleza y la historia tienen un papel muy importante en la trama. El jugador puede interactuar con diversos objetos y documentos que le ayudan a reconstruir los hechos y a descubrir los secretos y misterios que se ocultan en la isla, la enorme mansión de la adinerada familia propietaria de los terrenos y las minas y todo su entorno. El juego nos hará leer cartas, libros, documentos y decenas d escritos para entender todo lo que ocurre.

Afortunadamente, contamos con un narrador que pone voz a los pensamientos de nuestro protagonista y que narra de manera genial toda la aventura. El juego nos permite elegir entre un actor para la voz en inglés, o una actriz para la versión en francés (contamos con subtítulos en castellano). Además, podemos elegir un par de versiones de la narración, la básica (que se limita a narrar lo imprescindible) o la extendida (que narra constantemente, dando una ‘turra’ considerable pero que enamorará a los fans de los detalles). La banda sonora vuelve a ser un auténtico regalo, acompañando al jugador con melodías melancólicas y envolventes.

Kona II Brume es un videojuego que merece mucho la pena jugar por su original propuesta, su excelente ambientación y su intrigante historia, pero es casi imprescindible haber superado primero el título original, o no serás capaz de entender la mitad de las cosas que pasan. El juego se centra más en la narrativa y abandona los intentos de acción, que vuelven a ser torpes y muy poco afortunados. Lo potente vuelve a ser la historia y su narración, y aquí los desarrolladores de Parabole vuelven a demostrar su buen hacer. El terror psicológico que transmiten sus espacios abiertos, sus estancias vacías, esos objetos abandonados y cargados de historias construyen una historia que merece la pena desentrañar si te gustan los videojuegos pausados y tranquilos.