Carlos Latre, sobre su prodigiosa capacidad de observación: "He necesitado mucha ayuda psicológica"

Conocimos a Carlos Latre en 'Crónicas Marcianas' y desde entonces no ha parado de trabajar. El humorista es capaz de imitar a 600 personajes. Dicha capacidad de observación incluso está siendo incluso estudiada por la Universidad de Málaga. En 'Viajando con Chester', Carlos Latre le ha contado a Risto Mejide las ventajas e inconvenientes esta faceta le ha otorgado. 

Al presentador le causaba mucha curiosidad saber que el cerebro de Latre está siendo estudiado por el departamento de Neurología de la Universidad de Málaga, así que fue por lo que primero le preguntó. El humorista le explicó que su nivel de observación está muy por encima de la media. 

"Una persona 'normal' es de entre un 60 y 70% y yo tengo un 98%. Yo estoy viéndote a ti pero también estoy viendo todo lo que pasa detrás, todo lo que pasa delante, te puedo decir más o menos cómo están vestidos, la gama cromática que tenemos alrededor, las ventanas, los cables... muchas cosas", le dijo. 

Pero esta capacidad también ha tenido un lado negativo para Carlos Latre. El hecho de no poder relajarse le ha "torturado" durante mucho tiempo, tal y como confesaba en 'Viajando con Chester'. 

"He necesitado mucha ayuda psicológica. Lo digo abiertamente y me encanta porque estoy en constante aprendizaje. Es una tortura porque, además, significa que estoy en una constante presión conmigo mismo. Esa lucha va enfocada a querer siempre ser mejor", reconocía. "Me machaco muchísimo diciendo que no soy la mejor versión de mí mismo", aseguraba. 

Carlos Latre: "Yo fui probablemente un niño con TDA sin diagnosticar"

Carlos Latre lleva más de dos décadas triunfando a base de su trabajo, constancia y esfuerzo, pero esta exigencia consigo mismo ha sido algo que ha sufrido desde pequeño. En 'Viajando con Chester', recordaba también cómo había sido su infancia. 

"Yo era un niño probablemente con un TDA (trastorno de déficit de atención) sin diagnosticar. Entonces no se sabía así que era 'un niño cabrón'. Iba muy rápido. Mi padre siempre decía que cuando tú pensabas algo malo que hacer yo ya lo había hecho (...) Sí recibía la sensación de que ponía de los nervios, entonces mi refugio fue el humor", declaraba. Y fue de ver a su familia reunida en Navidades para reírse con los programas especiales de televisión lo que llevó a Carlos Latre a querer ser algún día humorista.