Enrique es un franquiciado que ha demandado al grupo Restalia. La empresa comenzó ofreciéndonos un modelo de negocio que luego no se cumplía. “La mayoría de mis franquicias están cerradas y las que no están cerradas están en concurso de acreedores”, ha confesado Enrique.
Según el demandante, todo esto es debido al estrechamiento de margen que han tenido siempre. “Teníamos marcado el precio de compra y no nos podíamos salir de los proveedores que nos marcaba Restalia”, ha explicado. Además, ha confesado que esto se hacía bajo acuerdos que nunca les llegaron a mostrar a los clientes. Y ha añadido: “Se están beneficiando de nuestras compras”.
Enrique ha explicado que el precio de venta que le marcaban es muy bajo, está limitado y es insuficiente para sostener el negocio. “No podíamos ganar dinero, solo pagar”, ha desvelado.
El franquiciado ha explicado cómo Restalia a través de los proveedores logísticos, les imponía cuál era la carne que tenían que vender. “Recibíamos la carne a tres días de caducar”, ha confesado. “No nos ofrecían otra carne”, ha añadido Enrique
Además, ha señalado que existía otro problema con respecto a la carne. “Pedíamos carne normal y nos mandaban la referencia ‘baja en grasa’ porque no se vendía y se conoce que nos la querían vender a nosotros”, ha expresado. Tanto es así que Enrique explica cómo les mandaban órdenes expresas de que condimentaran una hamburguesa con carne baja en grasa en lugar de con carne normal.