Las víctimas olvidadas de Los Álamos, la ciudad en la que se diseñó y se construyó la bomba atómica

Al frente del Proyecto Manhattan estaban Robert Oppenheimer y otros investigadores que habían encontrado la clave de cómo combinar elementos radiactivos para generar una explosión devastadora
"Estábamos dormidos y fuimos tirados de la cama por la explosión. Vimos una luz que se asemejaba a la del sol"
¿Estamos actualmente ante una seria amenaza nuclear? Nuestra corresponsal en Estados Unidos, Mamen Sala, rescata los orígenes de la bomba atómica desplazándose hasta Los Álamos, la zona de Nuevo México en la que se creó y se probó el artefacto.
Esto sucedía en un punto muy concreto del desierto de Nuevo México llamado Jornada del Muerto en el que el prototipo de bomba había causado una de las explosiones más grandes de la historia de la humanidad. Al frente del Proyecto Manhattan estaban Robert Oppenheimer y otros investigadores que habían encontrado la clave de cómo combinar elementos radiactivos para generar una explosión devastadora. Los testigos de aquella primera detonación dejaban testimonio de lo ocurrido: "Recuerdo el traqueteo de las cosas moviéndose dentro de la casa, se movieron nuestras camas y se movió la casa entera", explica Stella, que por entonces tenía 10 años.
Después de la prueba, la Base Aérea de Alamogordo emitía un comunicado de prensa que hablaba de una "explosión de municiones ubicada en un lugar remoto que contenía una cantidad considerable de explosivos de alta potencia y pirotecnia, pero sin pérdida de vidas ni de personal".
Sin embargo, la detonación fue más potente de lo esperado, con una nube de partículas de entre 15.000 y 21.000 metros de altura y la presencia de emisiones detectada a miles de kilómetros de distancia, en 46 estados de EE.UU., así como en el sur de Canadá y el norte de México. La mayor concentración de lluvia radiactiva se daría en Chupadera Mesa, a 48 km del sitio de prueba.
En una región en la que en 1945 no había fuentes de agua potable, los habitantes la captaban de la lluvia o del subsuelo y la acumulaban en cisternas en las que cayó polvo contaminado de la explosión: "Durante mucho tiempo estuvieron bebiendo de aquel agua contaminada".
Tras la prueba nuclear, y con el paso de los meses y años, los habitantes locales comenzaron a enfermar: "Diez años después de la prueba hubo gente que empezó a morir de cáncer, gente que nunca había escuchado la palabra cáncer en sus comunidades".

