Investigaciones

Las brujas de Daimiel, mujeres que contactaban con el maligno y fueron perseguidas por la Inquisición

Las brujas de Daimiel, mujeres que contactaban con el maligno y fueron perseguidas por la Inquisición Cuarto Milenio Temporada 20 Top Vídeos 654
Las brujas de Daimiel, mujeres que contactaban con el maligno y fueron perseguidas por la Inquisición. cuatro.com
  • Javier Pérez Campos trae hasta ‘Cuarto milenio’ las historia de varias mujeres que entre los siglos XV y XVII fueron condenadas por la inquisición

  • Daimiel, en Ciudad Real, se convirtió en el conocido como “pueblo de las brujas”

Compartir

La brujería en Daimiel, la localidad de Ciudad Real, es un fenómeno histórico y cultural que ha marcado la identidad del municipio por los numerosos procesos inquisitoriales por brujería registrados entre los siglos XV y XVII.

Este místico legado quedó documentado en una serie de archivos históricos en los que un equipo de ‘Cuarto Milenio’, capitaneado por el gran Javier Pérez Campos, se ha sumergido a fondo.

La historia de las brujas daimieleñas protagoniza reportaje donde se profundiza y se recrea visualmente cómo pudieron ser las reuniones de aquellas mujeres de Daimiel que fueron juzgadas y condenadas en diferentes procesos inquisitoriales, entre los siglos XV y XVI.

Y es que la localidad de Daimiel es conocida por muchos como “el pueblo de las brujas”, tal y como lo mencionan numerosos escritos de la época de Felipe II: “Así es conocido entre las personas del entorno, la gente de cierta edad todavía se sigue refiriendo así a la localidad”, explica Diego Clemente, director del Museo Comarcal.

El maligno, manifestado como un carnero erguido

La mayoría de las crónicas datan de los siglos XVI y XVII y referencian cómo algunas de estas mujeres tenían la capacidad de invocar al demonio, que a veces se manifestaba como un carnero erguido sobre sus patas traseras, y otras como una piara de cerdos que rumiaban entre las sombras.

El historiador José Manuel López nos ha hablado del caso concreto de una joven que, a principios del siglo XVIII, empieza a contar prácticas brujeriles que recordaban a las que llevaban a cabo las famosísimas Brujas de Zugarramurdi.