Entrevistas

Blanca Romero se derrumba al hablar sobre el gran reto que ha supuesto la maternidad: "Lo pasé muy mal"

Blanca Romero se sincera sobre las dificultades que enfrentó al criar a sus hijos: "Disfruté y padecí en la misma medida"
Blanca Romero, emocionada al sincerarse sobre la dificultad de ser madre. 'Mis raíces'
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La primera invitada de 'Mis raíces', Blanca Romero, se abre en canal tratando temas sobre los que nunca había ahondado en profundidad de una manera tan íntima como ahora.

Uno de ellos es la maternidad y las dificultades a las que se ha ido enfrentando hasta el día de hoy. Dificultades que han hecho que la modelo se derrumbe al sincerarse con Isabel Jiménez. También narra cómo de diferentes han sido las crianzas de su primera hija con respecto a la de su hijo, ya que los tuvo a edades bastante dispares. Este es el sincero relato de la actriz:

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La dificultad de ser madre soltera

Lucía, la hija de Blanca Romero, confiesa que se siente agradecida de haber tenido la vida que ha tenido porque le ha hecho madurar. Sin embargo, si se pone a pensarlo, con una sonrisa confiesa que le hubiera gustado "no ir a 11 colegios": "Con dos me valía".

Y es que su madre es consciente de que Lucía sabe que "no fue fácil": "Criarla, educarla sola... Lo pasé mal". Al recordarlo, las lágrimas empiezan a brotar de los ojos de Blanca Romero. No es que no se haya perdonado, "es pensar en qué pedazo de lección me puso la vida. Es normal que luego me la recompense a niveles bestiales y me salgan las cosas muy bien porque me pone lecciones muy duras".

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Según cuenta, ella no tuvo "la suerte" de tener un padre que "te ayude a mantenerla, a cuidarla, que la quiera, que se comprometa y sea un tío guay". Y, aunque quizás no haya sabido elegir bien tal y como apunta, "es cierto que la vida me puso las cosas todo muy difícil, de mucha lucha". "No he podido tener yo la suerte de tener un forrado que esté bueno, que me quiera, que me ame, que me ayude a criar a los críos, que me ponga tres nannys...", reprocha.

Sin embargo, esto le ha hecho ser una mujer "con unos registros internos emocionales" que a la hora de componer y expresarse como artista "es muy guay". "De hecho, no admiro las carreras que todo es perfecto y es lineal porque me gusta el fango, va conmigo", afirma. Aún así, cree que la felicidad plena está por llegar y por eso necesita dar un cambio radical a su vida e irse a Estados Unidos, país en el que quiere conseguir lo que era suyo.

Blanca Romero se sincera sobre las dificultades que enfrentó al criar a sus hijos: "Disfruté y padecí en la misma medida"
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Blanca Romero tuvo un "traumático" parto

La actriz se quedó embarazada en el mejor momento de su carrera como modelo en París. Fue ella quien decidió serlo porque "estaba hasta los huevos" así que, cuatro meses de intentos después, el predictor salió positivo. Su equipo se quedó en shock cuando les contó la noticia y es que "era una cría", solo tenía 21 años. Sin embargo, para sus padres "no fue ninguna tragedia" porque ella siempre les dijo que estaba feliz con la decisión de ser madre.

Todo iba 'a las mil maravillas' hasta el parto, el cual "fue muy traumático". A Blanca Romero le tuvieron que realizar una cesárea porque "venía de pie como Julio Iglesias y, al sacarla, le rompieron las dos piernas por tres lados". Según cuenta su propia hija, estuvo "clínicamente muerta porque no había incubadoras de un hospital a otro": "Me tuvo que reanimar con el desfibrilador". De hecho, su madre tuvo que pedir el alta voluntaria para acudir a otro hospital a ver a su hija con la cesárea recién hecha. "Fue horrible, horrible, horrible", confiesa la actriz. Ahí lo que pensó fue: "pasa un caso de cien ¿y me tiene que pasar a mí?".

"Lucía no tuvo una madre, tuvo una amiga con la que jugaba"

Tan solo dos meses después de aquel traumático parto en el que le metieron cuatro manos los ginecólogos, Blanca Romero volvía a los desfiles, concretamente al de Andres Sarda en Barcelona. "No me podía poner ni derecha", confiesa. Como era un desfile de trajes de baño, la actriz consideraba que tenía la barriga todavía inflamada y dolorida, por lo que le pidió a su compañera Martina que le prestara a ella los bañadores y se quedara con los bikinis.

Poco a poco, Blanco Romero fue volviendo al mundillo para "poder criar a la niña". Esto fue una etapa dura pues volver a trabajar le daba pena al ser "muy pequeñita". Sin embargo, siempre tuvo la ayuda de su madre: "Me la medio crio porque, además, yo tenía 22 años. Me iba al parque y me tiraba del tobogán con ella o iba con la silla corriendo. Luci no tuvo una madre, tuvo una amiga con la que jugaba. Yo me lo pasaba bien jugando con Lucía". Algo que corrobora su hija: "Es como mi hermana mayor pero guay, tampoco mal. Me parece una locura lo que hizo mi madre, muy valiente". Eso no quita que, finalmente, su figura tanto materna como paterna sean sus abuelos, señala.

Que tuviese que viajar mucho por trabajo no significa que se desvinculase de su hija pues, según asegura su abuela, "estaba en todos los momentos" y "la veía todas las semanas": "Blanca jamás dejó, donde estuviera, de venir a ver a su niña". Algo que Lucía recuerda como "divertido" pues cuando se reencontraban siempre le llevaba de compras o de viaje. Además, "aprendía cosas con ella que obviamente en casa rutinariamente un niño no aprende", señala.

A Martín le tocó "una madre mucho más seria"

Con su hijo Martín, Blanca Romero decidió volcarse plenamente en la maternidad e irse a Asturias, "un sitio tranquilo fuera de los focos", señala su hija. Lucía cree que, en esta ocasión y tomando como referencia su infancia, "quiso mejorarla" aunque "tampoco era su culpa".

"Martín tiene una madre distinta totalmente. Tenía mi vida asentada, una casa, una hucha, pude no trabajar dos años y dedicarme única y exclusivamente a él. Lo disfruté y lo padecí en la misma medida, como es la maternidad, porque tenía la espina clavada", confiesa a Isabel Jiménez.

Y es que con Lucía "era una niña" que viajaba mucho y que cuando volvía a casa le apetecía salir con sus amigas y experimentar, apunta. "A mi me tocó una madre divertida y a Martín seguramente una madre mucho más seria", señala Lucía. Una afirmación que no desmiente la actriz: "Quise criar a Martín con todas las carencias que consideré que tenía Lucía de la madre. No tiene nada que ver y no está bien ni lo uno, ni lo otro".

Mientras, Martín siente que Blanca Romero es una madre "muy divertida, extrovertida" que nunca le impuso castigos duros como dejarle sin salir un mes de casa: "No es muy castigadora y no te riñe. Eso es lo bueno". Martín tiene "locos" a todos los de la familia, sobre todo al abuelo según apunta su mujer. "Mi abuelo siempre estuvo ahí", afirma el joven pues siempre le ha llevado a los partidos, entrenos y al parque a jugar: "Ese sí que nunca riñe. Todo lo que haces está bien".