Así fue el primer coche eléctrico español de Ramón Gabarró: tenía una autonomía de 60 km/h

Así fue el primer coche eléctrico español de Ramón Gabarró: tenía una autonomía de 60 km/h Cuarto Milenio Temporada 20 Top Vídeos 607
Todo sobre el primer coche eléctrico español.
Compartir

‘Cuarto Milenio’ tiene debilidad por las historias asombrosas de inventos, ingenieros, personas que patentaban cosas asombrosas… ¿y cómo se quedarían ustedes si descubrieran que hubo un coche eléctrico mucho antes del coche autónomo? Todos los detalles del primer coche eléctrico español.

Aunque pueda parecer imposible, el primer coche eléctrico español lo creó, a finales del siglo XIX (hace más de cien años) el ingeniero catalán Ramón Gabarró. Además, inventó una serie de equipos que pudieron haber revolucionado la técnica y ciencia si no fuera por la falta de apoyo de los políticos y empresarios de su tiempo.

PUEDE INTERESARTE

Ramón Gabarró nació en el año 1867 y, desde muy joven, se interesó por la electricidad. Consiguió un puesto como director en la Sociedad General Catalana de Electricidad. Creó una patente muy interesante de unas baterías secas muy eficientes, sólidas, robustas y muy baratas de producir. Era muy útiles para los dispositivos de aquella época.

Varias patentes suyas caducaron por no aplicarse. Fue acusado de anarquista por, supuestamente, querer manipular unas líneas de telégrafo, y estuvo tres meses en prisión preventiva en Francia. Él considera que es una conspiración en su contra por no querer explotar su patente y que quieren quedarse con su tecnología. Fue absuelto por falta de pruebas.

PUEDE INTERESARTE

Así fue el primer coche eléctrico español

Pese a todas las dificultades, no cesó en su empeño que continuar con sus inventos y, en 1896, creó un coche eléctrico que exhibió en Londres. Ya había coches eléctricos, pero no eran muy eficaces: él instaló baterías y una buena carrocería con iluminación capaz de andar a varias velocidades sin hacer ruido, de manera cómoda y logrando alcanzar los 15 kilómetros por hora. Tenía una autonomía de hasta 60 kilómetros.

El coche eléctrico de Ramón Gabarró no logró atraer el interés de los empresarios, aunque el atractivo de su coste y de sus características eran impresionantes para aquella época. Los vehículos de combustión interna le comieron terreno. Gabarró continuó con sus inventos, entre los que destacó el del correo eléctrico, el cual fue robado.