Los secretos del robo a Esther Koplowiz

  • Aunque 25 años de actividad criminal da para muchas acciones, tal y como Jon las llama, este es posiblemente el que ha tenido más repercusión ya tiene un gran atractivo a nivel mediático: El robo de los cuadros de Esther Koplowitz:

  • Aunque 25 años de actividad criminal da para muchas acciones, tal y como Jon las llama, este es posiblemente el que ha tenido más repercusión ya tiene un gran atractivo a nivel mediático: El robo de los cuadros de Esther Koplowitz:

En uno de esos negocios, se cruzó con la persona equivocada, nada más y nada menos que El Sapo quien ya había empezado en el mundo del crimen y que no recibió nada bien el encontronazo comercial con Esther y si bien en ese momento ganó, Jon aguardó el momento idóneo para “devolverle el favor”.

Esther era la accionista principal de una empresa de seguridad llamada FALCON, que se encargaba de la seguridad de toda la jet set y de proteger las urbanizaciones más caras de España. La empresa creció mucho y en un momento de máximo esplendor, se preparó su salida a Bolsa. Éste fue el momento que Jon estaba esperando…

Él sabía que no podía hacerle mucho daño en lo monetario, pero sí podía humillarla delante de todos sus clientes, y unas semanas antes de la salida a Bolsa de FALCON, Jon y su equipo entraron en su casa y le robaron cuadros por valor de más de 30 millones de euros, entre los que destacaba “El Columpio” y “La Caída” de Francisco de Goya.

El golpe lo llevo a cabo con mucha precisión y planificación. Como buen estratega, Jon empezó una relación de amistad con el vigilante de seguridad del domicilio de Koplowitz y como consecuencia de ello, decidió alquilar un piso en el mismo edificio que la empresaria. De esta forma, una noche, con la ayuda de su famoso compinche “Casper” y el guarda de seguridad del edificio, entraron por el garaje usando una copia de la llave, y extrajeron 19 obras de arte de un valor incalculable.

Aunque toda la policía española estuvo detrás de los cuadros, nunca nadie se dio cuenta de que los cuadros jamás salieron del edificio donde se encontraban. Jon sencillamente los trasladó al apartamento unas plantas por debajo y allí permanecieron hasta que la policía y Jon llegaron a un acuerdo.

Jon intentó vender los cuadros en Oriente Medio pero la crisis de las Torres Gemelas le impidió moverlos en avión y perdió la oportunidad de venderlos, por lo que sencillamente iba de vez en cuando al apartamento, disfrazándose de mujer, a mirar los cuadros y regodearse de su “travesura”.

Si quieres saber más detalle sobre este golpe y el resto de acciones del Sapo, no te pierdas el nuevo documental de Amazon Prime Video titulado “El Sapo: Memorias de un criminal”