Lo que pasa en el reservado no se queda en el reservado: “Me ha dado vergüenza ajena”

Cuando los solteros comienzan a sentir curiosidad y atracción por la persona que tienen enfrente suele optar por comerse el postre en el reservado de ‘First Dates’. Un lugar íntimo y privado en el que poder relajarse y dejarse llevar por lo que están sintiendo en ese momento. Pero nuestro reservado es un reservado con ventana a España entera y nos deja ver cosas que hasta a nosotros nos sacan los colores.

Podríamos decir cómo en Las Vegas eso de “lo que pasa en el reservado se queda en el reservado” pero por suerte no es así, y cada noche los solteros que deciden terminar su cita en nuestra salita nos regalan momentos únicos e irrepetibles.

No todos necesitan jugar a las bolas del amor para lanzarse a darse un beso de película, morder el labio de su pareja o atreverse a hacerle un baile sexy. Hay algunos a los que se le van solos los pies y nos regalan momentos irrepetibles. Y sino que se lo digan a Marcos y Estefanía.

Manu y Reinier no necesitaron ni baile ni música, ellos solos se lanzaron hasta el infinito y más allá.

Pero sacar una bolita del amor nunca viene mal para que los solteros se atrevan a dar el primer pasito.

Eso sí, lo que consigue un baile no lo suele conseguir nada más. Pero no todos los bailes tienen el final que los solteros desean. Hemos visto muchos tipos de bailes incluso, profesionales, que terminan con la otra persona saliendo corriendo sin parar.

Bailes que no se olvidan porque te dejan traumatizado para toda la vida.

Y otros que te enamoran y te hacen pensar solo en pasar por el atar con esa persona que tienes enfrente.

Eso sí, si tu pareja suelta un “¡Qué basta!” mientras estás intentando seducirle a golpe de cadera, es que algo no estás haciendo bien.