A María José no le gustó Paco desde el primer momento en que le vio y no había nada que hacer. Sin embargo, en vez de cancelar la cita, quiso sentarse con él en la mesa. Paco intuía que algo iba mal ante la frialdad de María José, que no quería ni hablar con él. Le propuso que terminasen la cita, pero ella se negó porque quería "disfrutar la experiencia".