Noa estalla ante la charla vegana de su cita en ‘First Dates’: “Chaval, cálmate, si no te gusta te vas”
Darío asegura ser un vegano respetuoso, pero recrimina a su cita su petición: “Hay risottos veganos”
Darío, al saber que su cita monta a caballo: “Jamás me subiría en uno, es una forma de explotarle”
Darío ha entrado en ‘First Dates’ y ha llamado la atención por su camiseta, en la que llevaba a su cotorra Pepino con una espada láser y el lema ‘Pepino, yo soy tu padre’. Le gusta criar a cotorras de dos en dos para que no mueran de depresión. No tiene relación con sus padres porque asegura que le han criado con un “complejo de inferioridad” y no a la mínima salta porque no aguanta sentirse menos. No sabes qué busca en ‘First Dates’, pero sí tiene claro que espera a una chica guapa.
Noa, su cita, ha entrado al restaurante con miedito y confesándonos que es una chica Disney, y que las películas infantiles han marcado su vida y su forma de ser. Al verse, Darío, ha sentido que era “guapita, pero no es el tipo de persona que me gusta a mí”. Rápidamente han descubierto que los dos eran de Tenerife, pero que estaban viviendo en Madrid.
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Cuando Laura Boado les ha leído la carta, a Darío se le ha cambiado la cara y le ha dicho que era vegano. La camarera le ha dicho que podía perdirse unas verduras y él ha aceptado, pero no le ha parecido bien que su cita se pidiera un risotto de calabaza “hay risottos veganos también”. Noa le ha escuchado atentamente, pero le ha dicho que ella no podría ser vegana porque, aunque le gustan muchos los animales, adora comer carne.
Darío estaba molesto y aunque aseguraba respetar todas las opciones, le ha soltado una chapa tremenda sobre el maltrato animal y lo riquísimos que están los productos veganos que simulan ser carne “¡Cálmate, chaval! No voy a cambiar eso porque tú me lo estés diciendo mil veces, soy como soy si te gusto bien y sino…”.
En el tema de pareja, Darío le ha contado que estaba en una relación de pareja y que había llegado un punto en el que querían abrir la pareja. Ella le ha dicho que quería conocer a alguien, pero que las relaciones abiertas no iban con ella porque le costaba mucho trabajo conocer a gente “me cuesta confiar, me han fallado muchas veces”.
Darío ha querido conocer las aficiones de su cita y la cena ha terminado de torcerse. Noa le ha dicho que le apasionaba montar a caballo y él le ha soltado un “me gustan los caballos y jamás me subiría en uno, eso es explotarle”. Ella le ha dicho que no era así, pero él joven tenía muy claros sus conceptos y no han llegado a un acuerdo.
En el momento de la decisión final, no han tenido que pensárselo demasiado para tener claro que no tenían nada en común y que sus formas de vida eran incompatibles. De hecho, Noa ha bromeado con la posibilidad de haberse pedido un filete para cenar.