Valentina y Óscar perrean hasta abajo en ‘First Dates’: “Es muy sucio”

  • Óscar hinca rodilla nada más ver a Valentina en ‘First Dates’: “¿Quieres casarte conmigo?”

  • Valentina pilla a Óscar en una mentira: “No pone un beso apasionado”

  • Óscar estuvo casado con una mujer japonesa y sabe dar “masajes shiatsu”

La cita de Óscar y Valentina ha comenzado con una petición de matrimonio, ha continuado con un perro salvaje y ha terminado con una mentira que casi termina con su atracción desmedida.

Óscar se ha presentado como un tipo que nunca miente a no ser que se trate de una mentira piadosa como que le ha dado a su perro un poquito de pollo en un buffet libre. Dirige una asociación que se llama Cuídate y ahora está muy involucrado en la ayuda a Ucrania “haz el bien y no mires a quién, y yo lo entiendo”. Ha tenido dos mujeres “la primera es japonesa y la segunda una enfermera espectacular, pero dicen que a la tercera va la vencida”.

Valentina, su cita, es una chica a la que no le gusta estar en casa, es polifacética, le gusta hacer los planes “soy el alma de la fiesta”, pero asegura que su defecto es que tiene mucho carácter. Al verla, Óscar se ha quedado alucinado y no ha dudado en hincar rodilla y formular la pregunta “¿Quieres casarte conmigo?”.

Por tercera vez, pero Óscar ha sentido que tenía delante a la mujer de su vida con la que quería hacerse viejito. Han comenzado a hablar de lo frías que tenían las manos, de sus lugares de origen y del gran corazón que parecía tener Valentina, y es que él no le ha quitado ojo a su escote.

Óscar estaba impactado con Valentina y no ha dudado en comenzar la cena piropeándola, diciéndole que tenía el nombre de la diosa del amor y que él vino estaba casi tan espectacular cómo ella. La soltera le ha contado que era esteticista y que su sueño era montar un spa y una academia de baile porque también bailaba twerking.

El soltero le ha dicho a Valentina que él era muy romántico y que quería dormirse acurrucado contra su pecho. A ella le gusta que le besen el alma y él está deseando comerle el corazón. Los dos estaban deseando que acabara la cena para dejarse llevar. Óscar ha querido saber si su cita tenía algo de silicona en su cuerpo y ella le ha explicado que no, que era todo natural y que ella misma se hacía los tratamientos.

A Óscar le enseñó una geisha a dar masajes shiatsu y también es especialista en masajes Tantrá. En mitad de la cena, ha comenzado a sonar la música y Valentina le ha demostrado a Óscar que es una experta en twerking, pero él no se ha quedado atrás. Los dos han perreado hasta abajo, él ha sentido que la sensualidad de ella le volvía loco y ella que él era “muy sucio”.

En el reservado, Óscar se ha venido arriba y no ha dudado en inventarse que les había tocado darse un beso apasionado, pero Valentina le ha pillado y la cita ha estado a punto de terminarse. Ella le ha dejado que no da besos en la primera cita y que no soportaba las mentiras. Él ha reconocido su error y ha conseguido que ella cambiara de opinión.  

En el momento de la decisión final, ambos han tenido claro que querían ir un pasito más allá, conocer Granada, darse un masaje shiatsu, ir a Gijón, Colombia y a donde hiciera falta.