El duelo de las familias ante una desaparición es desgarrador. Cualquier pista ls puede llevar a su ser querido, nunca tiran la toalla. La esperanza está en una cifra: más del 90% de las denuncias por desparición se resuelve: cualquiera de ellos puede volver a casa en cualquier momento. El psicólogo José González, coordinador de Apertur Psicólogos y especialista en duelos, explica las diferentes fases a las que se enfrentan los familiares: negación, rabia de la tensa espera y la falsa aceptación.
El Ministerio del Interior ha prometido a las familias de las víctimas mejorar la base de datos de desaparecidos en España. El paso del tiempo y la ausencia de pistas hace que algunos casos dejen de ser prioritarios. Las familias viven un calvario psicológico que no logran superar nunca. Una nueva pista les vuelve a situar en el punto de partida de un duelo que puede convertirse en patológico.
A Juan Durán, padre de un joven desaparecido desde el pasado mes de agosto, ni las palabras del ministro Jorge Fernández Díaz ni las de los psicólogos le sirven. Su hijo Iván desapareció casi en el mismo lugar que Diana Quer, sin embargo su caso no ha sido tan mediático. Lo que es más: la familia paga de su propio bolsillo las batidas en su busca y cualquier herramienta que sirva para encontrar a su familiar desaparecido.
En muchas ocasiones, hay asociaciones que ayudan a estas familias a las que las ayudas de los cuerpos de seguridad estatales llegan tarde. El periodista Paco Lobatón puso en marcha QSDglobal.com, una asociación europea de ayuda a las familias de los desaparecidos.
El dolor que supone la pérdida de un hijo no es equiparable a nada. Al menos eso dicen los afectados y los psicólogos que tratan este tipo de casos.