Lastras de Cuéllar forma parte de un conjunto de pueblos segovianos cuyos habitantes no tienen agua potable ya que el acuífero del que dependen contiene nitratos. En Lastras hay 400 habitantes que tienen que buscarse la vida para conseguir agua que les permita no solo beber, sino también cocinar y lavarse los dientes.
Los vecinos del pueblo dieron la clave a la reportera de ‘En el punto de mira’ nada más llegar: “No podemos beber agua del grifo porque tiene arsénico y nitratos”. Pero, ¿de dónde viene esta contaminación? Lo más probable es que proceda de los abonos de los campos de cultivo y granjas cercanas: los nitratos se filtran y contaminan las aguas.
Beber esta agua puede llegar a ser mortal y provocar problemas cardiacos y respiratorios. Por eso los vecinos tienen dos opciones: o comprar agua embotellada o acercarse a una fuente donde el agua esté en buenas condiciones. La reportera de ‘En el punto de mira’ acudió con unas vecinas a una de estas fuentes, cuya agua procede de un manantial. Para llegar a ella hay que coger el coche y prácticamente meterse en río, por lo que hay muchas personas que no pueden recurrir a esta opción.