Un extrabajador del restaurante ‘Cantora’ cuenta todas las ilegalidades que Isabel Pantoja le obligaba a hacer

  • María Miñana entrevista a José Andrés Ponferrada, el camarero que declaró en el juicio del caso Malaya

  • "Isabel Pantoja venía con Diego Gómez por la mañana y por la noche, con Julián Muñoz, que llebaga con maletines llenos de dinero"

  • Cuando trabajaba en el restaurante de Isabel Pantoja, José Andrés tenía muy malas condiciones: "Cobraba 800 euros por 14 horas"

Además de todo el escándalo que se ha destapado en torno a la herencia de Cantora, que Paquirri dejó a su hijo Kiko y que fue aprovechada por Isabel Pantoja, ‘En el punto de mira’ también ha abordado en este programa la faceta empresarial de la tonadillera, que abrió (y fracasó) un restaurante con el nombre de la finca en la ciudad de Fuengirola.

Se trata de José Andrés Ponferrada, un excamarero del restaurante, que ha hecho una importante confesión, ahora que ya no es válido el contrato de confidencialidad qué firmó con Isabel Pantoja para que no hiciera público nada de lo que se viera o escuchara dentro del establecimiento.

"Como no venía clientela, me obligaba a redactar facturaciones falsas, donde yo tenía que invertármelo todo; elnúmero de comensales que había en cada mesa, la comida que había pedido, todo", ha dicho en 'En el punto de mira'. Fue, precisamente, por esa falta de comansales por lo que el restaurante 'Cantora' llegó a la quiebra.

Cuenta un episodio en el que estaba Chelo García Cortés

José Andrés, que fue llamado a declarar ante el juez en el caso Malaya, ha contado también un episodio vivido dentro del restaurante, en el que, a la mesa, estaban sentadas también Chelo García Cortés y Mayka Vergara. Isabel Pantoja estaba con Diego Gómez y un camarero se acercó para ponerles pan en el platito al uso, pero la cantante tenía el codo puesto en dicho plato.

Como la llamó por su nombre, Isabel, para que retirara el coro, después Diego Gómez le llamó la atención por tomarse esas libertades y fue despedido automáticamente. Ponferrada ha destacado que, aunque éste fuera despedido, la mayoría de los camareros se iban de allí por voluntad propia: "Nos pagaban 800 euros por entre 12 y 14 horas de trabajo".