Para que los alimentos lleguen a nuestra mesa deben pasar por varias fases. Una de ellas es el almacén al que llegan los productos de los agricultores, donde se pesan y se empaquetan las verduras antes de que el transportista las recoja y las lleve al distribuidor. En este caso, hay que ser muy cuidadosos y mantener unas normas de higiene para no contagiar la comida que el usuario se lleva a la boca.
Para empezar, antes de entrar al almacén te desinfectan los zapatos, te obligan a ponerte guantes desinfectados y una bata para cubrir la ropa puesta. Además, te toman la temperatura para comprobar que no tienes fiebre. Luego, los trabajadores entran a su puesto de trabajo y deben estar separados por unas mamparas de plástico y un trabajo conjunto para evitar cualquier tipo de contacto.
Ademas, un equipo de personas pasea constantemente por las instalaciones desinfectando todas las máquinas, las zonas de trabajo y, sobre todo, las partes por las que pasan los alimentos. Por último, se ha incrementado el uso de máquinas por todas las zonas del almacén.