Isabel Irlandés iba con sus dos hijos en el tren de Bejís: “La maquinista me dijo ‘si no quieres morir, baja del tren”

  • Isabel y sus dos hijos, de 5 y 10 años, iban en el tren que se adentró en el incendio de Bejís el pasado agosto

  • La maquinista le dijo a Isabel que salieran del tren e incluso les ayudó

  • Isabel tiene quemaduras de tercer grado y su hijo, de segundo grado

Los pasajeros que viajaban a mediados del pasado agosto entre Valencia y Zaragoza vieron el infierno de cerca. En el trayecto, el tren pasó por la zona de Caudiel, muy cercana al área asolada por el enorme incendio forestal de Bejís. Las llamas se veían desde los vagones y el pánico empezó a cundir a medida que se internaban en el fuego. ‘En boca de todos’ ha hablado con Isabel Irlandés, una de las víctimas, que sufrió quemaduras de tercer grado y que viajaba con sus dos hijos, de cinco y 10 años.

Isabel y los niños iban en el vagón número 1 y nos cuenta lo que ocurrió ese día: “Comenzamos a ver llamas por las ventanas del tren desde hacia más de media hora antes de que el tren frenara”. Vio a la maquinista pasar por delante de ella, “presa del pánico y llorando, perdió los papeles”.

Luego la volvió a ver metida en su cabina y le preguntó qué debía hacer para salvar su vida y la de los niños, a lo que, según su versión, la maquinista respondió: “Si no quieres morir quemada, baja del tren”. De hecho, ella misma les ayudó a bajar a las vías (la altura hasta el suelo era de unos dos metros).

Isabel cruza las llamas con su hijo en brazos

Una vez abajo, Isabel vio cómo las llamas se les echaban encima. “Vi la muerte de cara y pensé ‘qué muerte más horrible para mis hijos”, ha contado. Instó a la niña, de 10 años, a que se fuera corriendo por las vías lo más rápido posible, mientras que ella cogía al pequeño en brazos e intentaba seguirla, protegiéndole con su cuerpo. “Mi cuerpo estaba ardiendo, notaba que me estaba quemando, pero no podía hacer nada más que cargar al pequeño y salir”, ha recordado.

Isabel tiene quemaduras de tercer grado que la obligaron a estar más de un mes en el hospital y de las que se sigue recuperando. El niño acabó con quemaduras de segundo grado en el brazo y la pierna. “Mi cuerpo le hizo de escudo”, añadió.

Toda la familia está en tratamiento psicológico, pero la niña es la que peor lo está pasando: tiene pesadillas y no entiende por qué lo que se cuenta en televisión no coincide con lo que ella vivió. “Nosotros hicimos caso a la maquinista y bajamos del tren”, ha señalado Isabel.