La imagen de la desolación de los pueblos gallegos: coches calcinados, casas destruidas y familias sin hogar

Los incendios ya han arrasado más de 24.000 hectáreas en Galicia. Una de las zonas más afectadas se encuentra en la provincia de Ourense, se trata de Robledo de Domiz, que prácticamente ha desaparecido por las llamas que han arrasado todas sus casas.

Esta aldea se ha convertido en la viva imagen de la devastación más absoluta. José Antonio y Joaquín llevan viviendo allí 44 años, y la mayoría de su familia tiene su vivienda en la aldea. A ellos les ha afectado este incendio desolador directamente. Tras perder sus casas por las enormes llamas, aún queda fuego vivo en los escombros de las casas.

Los vecinos explican que están sin agua y sin luz y que los cables están derretidos. Además el fuego también ha dejado coches calcinados. La solución sigue siendo una incógnita mientras los familiares

Los bomberos se enfrentan a incendios de sexta generación

Los incendios que están arrasando España se definen como "incendios de sexta generación" porque alcanzan en algunos casos los diez metros de altura. Además, son capaces de calcinar mil hectáreas en tres horas con velocidades hasta doce veces superiores a los incendios normales. También modifican las condiciones meteorológicas de la zona, es decir, son capaces de producir procesos tormentosos que a su vez provocan más incendios cerca.

Los bomberos se están enfrentando a incendios con más de 1.000 grados de temperatura, por lo que si se acercan a menos de 100 metros ya estarían entrando en una zona de riesgo. Estos profesionales llegan a aguantar temperaturas extremas de 60 grados.

Antonio Novillo, es bombero instructor, explica que estos incendios se dan por la gran acumulación de combustible en el monte que existe a día de hoy. "No hay una gestión integral sostenible sobre el monte, por lo que es tal cantidad de energía que producen, que no somos capaces de enfrentarnos a ellos", ha señalado el bombero. Además, ha explicado que el principal motivo de estos incendios de sexta generación se debe a la masa acumulada en nuestros montes, es decir, por lo poco que cuidamos las tierras.