El miedo de Irene Junquera al abandonar el estadio de Saint Denis tras la final de la Champions: “Era imposible salir de allí sin que nos pasara algo”

  • Irene Junquera acudió a la final de la Champions entre el Real Madrid y el Liverpool

  • La periodista fue testigo del caos en la entrada y en la salida del estadio, cuando sintió miedo

  • Tuvo suerte y se encontró con un español, que la llevó al centro de París

Miles de aficionados se desplazaron a París para disfrutar de la final de la Champions entre el Real Madrid y el Liverpool. Lo que no se esperaban es que el caos cundirá en Saint Denis tanto antes como después del partido. La periodista Irene Junquera lo vivió todo en primera persona y nos ha contado cómo fue la experiencia.

El partido tuvo que retrasarse 35 minutos porque hubo un tremendo lío con las entradas de algunos aficionados del Liverpool. La gente intentaba colarse, había avalanchas, robo de entradas… y la policía intentaba contenerlos. Irene Junquera relató que había cargas y se utilizaba gas pimienta, incluso cuando había menores de por medio. “Había niños por todas partes y les daba igual. Me llamó mucho la atención la actitud de la policía con los aficionados”, ha dicho la periodista.

Caos en la salida

Los peores momentos se vivieron al finalizar el partido. El estadio se encuentra en un barrio conflictivo y muchos aficionados sufrieron ataques y robos. “El problema del estadio es que está en Saint Denis y está la autopista al lado, no llegan taxis. Cuando salimos del círculo del estadio empezamos a pasar miedo”, ha recordado Junquera. Todo estaba oscuro y no sabían cómo volver al centro de París. “Yo pensé ‘es imposible que salgamos de aquí sin que nos pase algo”, ha añadido.

Al final, Junquera y su acompañante encontraron a un español en una furgoneta y le pidieron que les acercara a París. Era Toñín el Torero, conocido de la periodista y célebre aficionado del Real Madrid.

Toñín también ha relatado su experiencia en ‘En boca de todos’: “Fue un verdadero caos, es surrealista todo. Había gente en estado catatónico. Tenías que mirar para atrás a ver quién te seguía y hacia delante para ver quién te venía”. El hostelero reconoce que tuvo suerte porque, a pesar de haber aparcado al lado del estadio y de que casi todos los coches estaban destrozados, el suyo estaba intacto.