El disparo no solo le destrozó el rostro, sino también los dientes, la lengua y la mandíbula. Todo eso fue trasplantado en una operación quirúrgica que duró 36 horas.
La intervención, realizada en un hospital de Maryland, en EEUU, le ha devuelto la vida a este hombre de 37 años que ahora puede afeitarse, lavarse los dientes y empezar a sentir su cara.
Richard Lee fue sometido a múltiples cirugías reconstructivas en la que le reemplazaron los nervios y el tejido muscular subyacente desde el cuero cabelludo hasta el cuello.
"Ahora soy capaz de caminar entre la gente y que nadie mesiga con la mirada".