Los padres de Julen y los mineros de Asturias, preparados para el final del rescate

Noticias Cuatro 22/01/2019 00:55

Ha pasado más de una semana de agónica espera. Nueve días, concretamente, de trabajo incesante con el objetivo de encontrar al pequeño Julen, el niño que cayó por ese pozo de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad que ahora es foco de toda la atención mediática nacional e internacional.

La preocupación por el angustioso paso de los días y las horas va más allá de Totalán, Málaga, donde se contextualiza el suceso y donde permanecen centenares de efectivos avanzando sin descanso en la operación de su rescate. Cada hora y cada minuto merma la esperanza de unos padres y una sociedad que, con todo, y a pesar de los continuos varapalos dados por la complejidad técnica de la operación y las dificultades puestas por el terreno, siguen luchando por aferrarse a que el pequeño siga vivo.

Con esa idea y ese impulso trabajan todos los operarios, que se dejan la piel y el alma para intentar llegar hasta él, "como si Julen fuese el hijo de todos".

Tras lidiar con un bloque de cuarcita extremadamente duro, --el último gran escollo de un terreno que no ha parado de mostrar complejidades--, por fin, la perforadora ha conseguido culminar el túnel vertical en paralelo al pozo.

Ahora el trabajo se centra en encamisarlo y rellenar con tierra la galería por la que se espera que bajen los efectivos de la Brigada de Salvamento Minero de Asturias, gracias a una cápsula de 1,05 centímetros de diámetro y 2,5 de altura diseñada por el director técnico del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga, Julián Moreno, y fabricada por herreros del municipio malagueño de Alhaurín de la Torre a modo de ascensor.

Para lo primero se estiman hasta seis horas de trabajo. Para lo segundo, el rellenado de tierra, se calcula un máximo de tres.

La hora de los mineros

Lo verdaderamente tedioso será ese paso siguiente: ese último tramo de cuatro metros destinado a unir horizontalmente el túnel paralelo con el punto del pozo en el que se cree que está Julen. Para llevarlo a cabo los expertos de la Brigada de Salvamento Minero, tendrán que trabajar de forma manual, --con pico, pala y martillos neumáticos para acceder a la zona--, y se enfrentan a una circunstancia por ahora incierta: el tipo de terreno que se encontrarán.

Para esa tarea se calculan 24 horas, pero todo cálculo puede ser erróneo si nuevamente se encontrasen con material duro y difícil de picar.

No obstante, ante ese reto, que asumirán un total de ocho expertos mineros en turnos de dos, se encuentran los mejores; miembros de una brigada que atesora 100 años de experiencia en las condiciones más adversas, especializados en el rescate en profundidad en los terrenos más angostos.