Los especialistas en rescate en minas de Asturias se están encargando de la labor manual de excavación más complicada.
Y a última hora de la tarde llegaban desde Suecia el equipo que sacó de la mina de Atacama, en Chile, a los 33 mineros atrapados. Estos hombres estuvieron a 700 metros de profundidad durante 70 días. Todos sobrevivieron.
Para sacar a Julen, el pequeño de dos años que cayó el domingo en un agujero de 100 metros de profundidad y 25 centímetros de ancho, están haciendo dos túneles: uno vertical en paralelo y otro aprovechando la ladera lateral y horizontal. En llegar hasta el niño pueden tardar 48 horas más. Creen que está atrapado bajo el tapón de arena y que puede estar bien gracias a una bolsa de oxígeno. Bernardo Moltó, portavoz de la Guardia Civil en Málaga, aseguró que “se trabaja siempre con la idea de que Julen está vivo”, por lo que la prioridad es su seguridad.
El padre de Julen explicó ayer, desesperado, que vio cómo su hijo cayó al pozo desde una muy escasa distancia. Se tiró al suelo y estuvo a muy poco de salvarlo. José dice que lo escuchó llorar tras la caída.
Nadie entiende por qué se hizo ese pozo sin permiso de la Junta de Andalucía y por qué no se tapó correctamente, rellenando todo el canal, como marca la ley.
El pocero que hizo la prospección ha asegurado hasta en dos ocasiones a la Guardia Civil que lo había tapado hace un mes. Echó una piedra de grandes dimensiones y arena encima. Está convencido de que alguien lo abrió después.