Corría el 10 de diciembre de 1763. Ese día, en la Sala del Real Consejo de Madrid se celebró el primer sorteo de Lotería de la historia de España. ¿A quién se le ocurrió la idea? Al marqués de Esquilache. ¿Y por qué? Pues cual Montoro de la vida, en ese época el marqués era a la sazón ministro de Hacienda de Carlos III. La razón estaba clara: había que llenar las arcas públicas y la mejor manera era aprovechar un pequeño vicio que siempre ha estado bajo la piel de los españoles. Jugar o hacerse ricos en poco tiempo, mejor si es posible, de golpe.
Pero seamos honestos. La lotería había sido una idea italiana, concretamente en Génova allá por el siglo XVI ya se puso en marcha con 90 bolas de madera. No se usó el biombo esta vez para dar premios sino para elegir por sorteo los cinco principales puestos del senado.
El fichaje fue sonado. Carlos III trajo a España a José Peya para que pusiera en marcha el juego en España. A base de un buen salario como si fuera un futbolista de los de ahora y con una permanencia de dos años. Así que Peya ideó un sistema que consistía en la extracción de cinco números del uno al noventa en un orden determinado. Los apostantes podían jugar a un número o a una combinación determinada, habiendo premios concertados de antemano para cada número de aciertos. La apuesta simple o extracto se pagaba con un maravedí y el premio lo multiplicaba por diez.
El primer sorteo abierto al público tuvo como combinación ganadora el 18, 34, 80, 51 y 81. Los números se introducían en bolas de marfil. La recaudación de aquel primer sorteo ascendió a 187.516 reales y 11 maravedíes, repartiéndose premios por 29.475 reales. Si quitamos unos 24.000 reales de gastos de administración, el beneficio neto superó los 133.000 reales. Visto el resultado, el Estado se quedó con el monopolio.
El primer sorteo de la Lotería de Navidad se celebró el 18 de diciembre de 1812. Los orígenes del sorteo se remontan a la época de las Cortes de Cádiz, cuando el ministro de la Cámara de Indias pensó en este sistema como "un medio para aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes".
En aquellos primeros años, el sorteo fue bautizado como 'Lotería Moderna'. El calificativo de 'Sorteo de Navidad' llegó en 1892.
Los primeros años, los números estaban impresos en papeles. No fue hasta 1913 cuando se implantó el actual sistema de bombos y bolas de madera.