En plena segunda ola del coronavirus volvemos la vista atrás hacia los que superaron la primera. Lo hacemos con José López, o Pepe como le gusta que le llamen, es el jefe de seguridad del Hospital de Alcalá de Henares en Madrid. Le entrevistamos a principios de junio cuando acaba de salir de la UCI tras pasar 90 días en ella. Ahora, volvemos a hablar con él para saber cómo se encuentra y si ha padecido secuelas.
Cuando sale a la calle lo hace con un concentrador de oxígeno que le ayuda a respirar cuando se fatiga ya que sus pulmones no se encuentran del todo bien. También nota hormigueos en las manos. Por lo demás su recuperación va a buen ritmo. Él ingresó en el hospital donde trabajaba afectado de coronavirus el 9 de marzo, empeoró, entró en la UCI el 14 de ese mes, de la que no salió hasta el 13 de junio.
Ahora, también mentalmente le encontramos con más fortaleza, la suficiente para desvelarnos algunas de las situaciones por las que pasó y que entonces no nos dijo. Por ejemplo, los delirios que le provocaron las fiebres altas como en las que en algún momento padeció. Así, nos confiesa que llegó a tener 42 grados lo que generaba delirios. Aparte a esa temperatura se jugaba sufrir daños cerebrales. Lo normal es que un ser humano a los 43 grados de fiebre muera. Como asegura Pepe cuando sufría esas fiebres tan intensas: “No era consciente de lo que me pasaba, por eso creo que en algún momento me pude mostrar violento con los que me atendían”. Por eso, Pepe, emocionado, agradece tremendamente el esfuerzo que hicieron por él todos sus compañeros que le atendieron y muy especialmente a las doctoras Bea Llorente Ruiz y Ana Culebras.
Pepe acude regularmente a la consulta del José Miguel Rodríguez, jefe de Neumología del Hospital de Alcalá de Henares. Allí el doctor nos enseña cómo actúa el Covid en los pulmones: empiezan a inundarse por el líquido de la inflamación hasta el punto que no se puede respirar.